Después de estas victorias; la aniquilación de los ejércitos de Anatolia, del 3º y ahora tras la derrota de Judea, Egipto nos ofrece la paz.
Sus palabras caen en saco roto para Antíoco, que no acepta la paz ofrecida, ya que es lo único que ofrecen. Poco botín para tanto esfuerzo del Imperio.
Queremos las provincias griegas de Anatolia, Licia, la Caria, y la isla de Chipre, también de descendientes helenos. Sabemos que es un gran botín, inmejorable botín, impensable al inicio de la campaña, y ahora está en nuestras manos aunque el enemigo no lo pondrá fácil (eso espero). Egipto no nos las entregará mientras no tomemos Alejandría.

Una paz blanca. Están locos estos Ptolemaicos??
En su camino hacia Edesa, la caballería meda aplaca una pequeña rebelión de campesinos en Mesopotamia que ya están cansados de guerra.

Los Campesinos de Mesopotamia se levantan en armas.
Philon Alcetid como buen Strategos es consciente de la importancia de la premura en llegar a Alejandría. De su 2º Stratos depende en buen grado el éxito de la campaña, ya que si llega con fuerzas suficientes a Alejandría y consigue tomarla en un primer intento, Egipto aceptará nuestras peticiones territoriales, de lo contrario la guerra se alargará indefinidamente, así que se persigue a los huídos hasta el sur, y en las planicies del Sinaí les da alcance. Ordena el ataque.
Se vuelve a vencer, y aunque nuestras bajas no son altas, el contingente va menguando en número, sobre todo de infantes hoplitas, los más castigados.
Se vuelve a reanudar la marcha forzada, hacia Alejandría al oeste, olvidando al enemigo desbandado.
Según intendencia a este ritmo de marcha tan rápida es muy complicado buscar sustento para todas la tropas por parte de los exploradores, y la impedimenta que viaja con nosotros no es suficiente para todos. Son 17.000 bocas que alimentar.
La falta de forraje para los caballos, grano y sobre todo agua para los hombres es muy alta en estas tierras, con lo que algunos de ellos desertan, mueren agotados, e incluso desaparecen.
Este verano, con toda su crudeza en estas tierras, lo pasaran marchando hacia Alejandría.

La batalla en las planicies del Sinaí.
Más al norte y un mes más tarde, en Setiembre, Fenicia se rinde a nuestras tropas. En cuanto se reparan lo mínimo la ciudad, los carpinteros navales empiezan a construir cuatro flotillas de trirremes, 40 talentos de plata.

El puerto de Sidón, en Fenicia.
Mucho más al norte, en Anatolia, por fin, Licia ha caído. Ha durado más de un año el cerco, la población nos trata como libertadores. Estas noticias no gustarán en Alejandría.

Licia es rendida, 481 días de cerco.
El verano se ha marchado ya en el norte de África y el otoño está más que bien entrado. El 2º Stratos de Philon Alcetid llega al fin a Alejandría con las tropas desgastadas. No han tenido encuentros dignos de mencionar, ni siquiera una pandilla de chiquillos les han lanzado piedras, y menos con el enemigo. Se han perdido tres mil hombres desde que se dejara el Sinaí hace tres meses.
La provincia está defendida por un ejército de 3.000 hombres que son de nuevo derrotados, inmediatamente el contingente fortifica el campamento y se prepara para el cerco. Contamos con pocos hoplitas, imprescindibles para cualquier tipo de combate, por no hablar de un hipotético asalto de las murallas. Hay bastante caballería, y muchos arqueros.
A estos factores se le suma que las murallas de la ciudad son más grandes de lo corriente, como es característico de las grandes urbes. El nivel es de 2, además su puerto permanecerá abierto y el invierno se acerca muy deprisa, aunque en estos lares no es tan agresivo cómo en Europa. Ante este panorama, y previendo que el cerco será largo, y no exento de ataques de algún ejército enemigo, es mejor que se envíen refuerzos cuantos antes a la zona, sobre todo de hoplitas, aunque primero haya que vencer a los desbandados de anteriores batallas y que el 2º Stratos dejó atrás.
Esto es bueno saberlo porque una derrota de nuestro ejército en Alejandría, y su lógica retirada puede dar al traste con acabar la guerra lo antes posible.
Nuestro destino está en las manos del todopoderoso Zeus Stratos, jefe de los ejércitos.

El desgastado 2º Stratos. Véanse los hoplitas, 1.909 hombres.
Continuará...
Saludos. Yurtoman.