Momentos claves de la historia: el cruce del rio Delaware.

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Haplo_Patryn
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LA CRISIS AMERICANA

A mediados de diciembre de 1776 la situación en Nueva Jersey presentaba un cariz malo para los rebeldes, pero no mucho peor de lo que estaba hacía apenas unos días, cuando los Hessian y los británicos perseguían con insistencia la retaguardia de las tropas de general Washington. Ahora reinaba una cierta calma. El tiempo había empeorado y las tormentas no ayudaban a mejorar el estado anímico de las tropas: aguanieve, descenso de las temperaturas, lluvia, viento y niebla. Ambos ejércitos luchaban por encontrar un lugar cálido donde dormir y alimentos para subsistir.

Los rebeldes contaban con un buen suministro de armamento y munición. En cambio no gozaban de un suministro de ropaje adecuado. Muchas tropas iban mal vestidas, semidesnudos y la gran mayoría descalzos. Las tiendas de campaña, un elemento muy deseado, escaseaba. La moral era baja y muchos dudaban de que la Revolución fuera a tener éxito; se dudaba del liderazgo de George Washington y se empezaba a hablar de entablar relaciones con los británicos para poner fin a la revuelta.

Como el pueblo de Trenton estaba a apenas a 1 día de marcha de Filadelfia, el Congreso de los Estados Unidos decidió evacuar la ciudad y establecer el Gobierno en Baltimore. El pánico se había extendido por la capital y muchos eran los que creían que para Navidad los Hessian y los británicos estarían a las puertas de la ciudad. Algunos ciudadanos habían empezado incluso a evacuar la ciudad con todas sus pertenencias.

En esa situación crítica, apareció un artículo titulado THE AMERICAN CRISIS en el diario Pennsylvania Journal el 19 de diciembre, que pronto fue impreso como folleto y repartido por todos los estados, llegando incluso a manos de los soldados del Ejército de George Washington en el río Delaware. Lo había redactado Thomas Paine, uno de los primeros corresponsales de guerra de la historia, mientras acompañaba a las tropas rebeldes en la larga y dura retirada por Nueva Jersey. Apelando a los sentimientos más profundos y al amor por la libertad, el autor hacía una llamada desesperada para luchar contra la tiranía (los británicos) y defender los valores de libertad e independencia ante una agresión militar. Si el pueblo y las gentes de las colonias hacían caso omiso, la Revolución llegaría a su fin. La culpa no sería únicamente del Ejército, sino de todos aquellos que habían hecho oídos sordos a las peticiones de auxilio.

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Thomas Paine, uno de los primeros corresponsales de guerra y el autor de The American Crisis

El impacto de este artículo fue fulminante. De alguna manera canalizó los sentimientos de la población y sirvió de catalizador para un cambio de rumbo. El artículo daba sentido a la Revolución, explicaba por qué luchaban las tropas, por qué había que lograr la independencia. La movilización de la población fue inmediata. Se reunieron prendas para suministrar a las tropas, las levas empezaron a funcionar y la moral de las tropas mejoraba a ojos vista. Había un atisbo de esperanza…

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El artículo de Thomas Paine que revivió las esperanzas de los rebeldes en los oscuros días de diciembre de 1776


LOS PLANES PARA EL INVIERNO DEL GENERAL HOWE: GUARNICIONES EN EL DELAWARE

Los hermanos Howe ya tenían lo que habían venido a buscar en Nueva Jersey. Ahora que el ejército rebelde estaba roto y en retirada y que la rica colonia de Nueva Jersey estaba en sus manos, sus intenciones era apaciguar los ánimos de los colonos y estrechar los lazos de amistad para conseguir la fidelidad de la colonia. Lo cierto es que aunque sus intenciones eran buenas, era difícil olvidar los saqueos y los pillajes realizados por las tropas reales en su persecución del ejército de George Washington. Los Hessians eran expertos en rapiñar todo lo que podían y se habían dado casos de violaciones y otros sucesos penosos en diversas poblaciones, tanto por británicos como por soldados Hessian.

La necesidad de vivir del campo había obligado a las tropas reales a comportarse de forma dura y agresiva, conseguiendo avituallarse a base de saquear a los colonos de Nueva Jersey. Aunque había muchos tories y gente afín a los británicos, lo cierto es que eran una minoría. Otros se mostraron neutrales pero lo cierto es que en general, la invasión de Nueva Jersey por parte británica no despertó sentimientos demasiado “cariñosos” hacia los invasores.

Por otra parte existía un problema logístico muy grave. Los británicos dependían del suministro realizado por mar desde el Reino Unido y aunque la Royal Navy permitía llegar con seguridad a los convoys de transporte, el volumen transportado de suministros no era suficiente para mantener el ritmo de consumo de las tropas británicas y Hessian. Demasiada distancia y demasiados obstáculos naturales. Los hermanos Howe eran suficientemente inteligentes para percatarse que la única manera de subsistir era vivir del terreno donde se alojaban. Dada la situación de las tropas reales en Nueva Jersey, se hacía imperativo buscar una manera de suministrar y dar cobijo a más de 10.000 hombres. En teoría las tropas británicas debían pagar por todo lo que requisaban pero era difícil controlar los saqueos y los abusos de la autoridad. Por norma general los colonos huían o escondían todo lo que podían cuando se acercaban las tropas británicas y Hessian. Estaba claro que la situación no era "amistosa".

El 14 de diciembre de 1776, el general Howe almorzaba cómodamente en Trenton con los principales mandos encargados de las guarniciones que se iban a establecer en la zona durante el invierno. La logística era el principal obstáculo en esos momentos. Las tropas reales tenían que buscar refugio y suministros para poder pasar el invierno pero la excesiva concentración de tropas en puntos muy concretos era un obstáculo para lograr un buen avituallamiento. Era necesario repartir las tropas para no saturar la región y evitar exigir demasiado del campo y los colonos que los avituallaban.

Así que, durante el almuerzo, hizo saber a sus oficiales que había decidido que las tropas Hessian y los batallones escoceses se situarían en diversos puntos a lo largo del río Delaware mientras los británicos permanecerían en posiciones interiores repartidos por toda Nueva Jersey. Después de un reconocimiento a fondo del río Delaware, el general Howe había decidido apostar tres guarniciones con una distancia de separación entre ellas de unas 6 millas, suficientemente cerca para apoyarse mútuamente y lo suficientemente separadas para permitir que cada una tuviera su propia zona de forrajeo.

En Trenton, la guarnición más al norte del río y la más expuesta, apostó al combativo Coronel Johann Rall con tres regimientos Hessian. Estas tropas habían sacudido de lo lindo a las tropas de George Washington en las batallas de White Plains y Fort Washington, pasando por la bayoneta a heridos y prisioneros y combatiendo duramente. Más al sur, en Burdenton, situó al Coronel Von Donop con 3 batallones de Hessian Grenadiers y un destacamento de Jägers, apoyados por 6 cañones de 3 pulgadas Hessian. Mucho más al sur y lejos del mapa que aquí abajo podéis ver (ver mapa seguidamente), apostó a los escoceses. Hacia el interior y situada en la retaguardia de las 3 guarniciones, el general Howe emplazó una importante fuerza británica bajo mando del general Alexander Leslie en la población de Princeton.

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Todas estas guarniciones estarían, a su vez, bajo mando del general británico James Grant.

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General James Grant

Los mandos Hessian presentaron de inmediato sus quejas. No había suficientes edificios en los puntos escogidos para alojar a todos los soldados y, al esparcir tanto a las tropas, se corría un riesgo muy grande. El general Howe era consciente del problema y del riesgo que eso suponía, pero no creía que los rebeldes fueran ya ninguna amenaza seria. Además, en caso de problemas la cercanía de cada guarnición una de otra permitiría que acudieran refuerzos con la suficiente celeridad para lidiar con cualquier ataque.

En una carta fechada el 17 de diciembre, el general Howe escribe: “Me cuesta imaginar que Washington se arriesgue a cruzar el Delaware a estas alturas del año con las dificultades que el hielo puede llegar a causar en las embarcaciones”.

Los oficiales Hessian se enfrentaban ahora a los problemas que ya habían anunciado durante la reunión con el general británico. Las guarniciones estaban expuestas y no había suficientes hombres para poder controlar un territorio tan complicado y expuesto a los ataques enemigos. Por si fuera poco las poblaciones escogidas no gozaban de suficientes edificios para albergar a todas las tropas y había que buscar otro modo de emplazarlas, principalmente en casas y edificios situados en la periferia de las guarniciones principales, debilitando aún más la situación defensiva de las fuerzas Hessian.

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Aspecto del soldado Hessian, el típico soldado alemán duro y disciplinado

Las fuerzas Hessian situadas en Trenton estaban muy cansadas ya que habían estado persiguiendo al enemigo durante semanas, sin descanso. Las inclemencias del tiempo tampoco habían ayudado a que se pudieran recuperar físicamente. Por si fuera poco las poblaciones escogidas no gozaban de ningún tipo de defensa fija, sin muros ni otro tipo de edificación defensiva. Trenton, por ejemplo, era una población situada allí por su valor económico, no por su valor militar, justo en el río Delaware (rico en pesca y muy navegable para transportar mercancías).

El coronel Rall recibió de inmediato los consejos de sus suboficiales para que fortificara Trenton ante la posición tan expuesta en la que se podía llegar a encontrar en caso de un ataque rebelde. La respuesta del coronel Rall a sus ingenieros fue ruda y tajante:”¡Mierda y más mierda! (“Scheiszer bey Scheisz”). Dejad que vengan…acabaremos con ellos con la bayoneta”.

Mientras todo esto sucedía el general Washington apostaba su cuartel general un poco más cerca del río, en la población de Newport. Y con su catalejo observaba atentamente las evoluciones al otro lado del río…

[youtube]http://es.youtube.com/watch?v=cbtg5a1ld ... re=related[/youtube]
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LA REVUELTA EN NUEVA JERSEY

El general Washington era de la opinión que había que realizar algún tipo de acción ofensiva para animar las tropas y volver a tomar el pulso a la Revolución, pero no encontraba ni la idea ni el momento adecuado para ello. Durante esos fríos días de diciembre ordenó a todos sus oficiales que recogieran toda la información que pudieran sobre el enemigo porque ya había aprendido suficiente de los británicos para saber que eran capaces de hacer lo que parecía imposible. Quería saber todo sobre el enemigo, cualquier movimiento o cualquier disposición defensiva que fuera relevante. No descartaba que el enemigo cruzara el río Delaware para atacarles por sorpresa, como ya habían hecho tantas otras veces, pero era consciente que esa posibilidad era difícil porque los británicos y los Hessian no disponían de embarcaciones. Sin duda podían ser transportadas por tierra desde otros puntos de Nueva Jersey, pero era bastante improbable dado el mal estado del tiempo y la dificultad de moverse por terrenos embarrados y copados de agua.

La oportunidad que buscaba empezó a fraguarse poco después de establecerse las guarniciones Hessian y los escoceses a lo largo del río Delaware. Como la Historia nos enseña con muchos ejemplos la población no suele responder bien a una ocupación, así que no pasó mucho hasta que se produjeron los primeros levantamientos espontáneos. El primero de ellos fue llevado a cabo por Philemon Dickinson que lideraba una milicia local y vivía hasta hace poco en la población de Trenton hasta que llegaron los Hessians. Atacando y usando métodos de guerrilla empezó a acosar a las guarniciones situadas en el Delaware, actuando cuando el enemigo se presentaba en números reducidos mientras buscaban comida o forraje.

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Philemon Dickinson fue uno de los primeros mandos
encargados de levantar en armas a las milicias locales de
Nueva Jersey


Por si fuera poco, el general Washington dio potestad a uno de sus oficiales llamado James Ewing para que actuara con total libertad en la zona de Trenton, hostigando y realizando ataques relámpago en “plan comando”. El éxito de estos ataques radicaba no tanto en los daños que causaban como en la tensión y el desgaste físico y mental que provocaban en las tropas enemigas. Durante uno de esos ataques las tropas rebeldes cruzaron el río Delaware y atacaron un puesto de vigilancia Hessian situado cerca de la misma población, causando algunos muertos y heridos.

Lo que parecía que iba a ser un invierno tranquilo, se había convertido en una pesadilla. El Coronel Rall, al frente de las tropas Hessian en Trenton, observaba con creciente alarma cómo sus tropas eran atacadas a apenas 4 millas de la misma guarnición; cuando salían a buscar forraje o para buscar suministros en la retaguardia. Esos ataques no causaban muchas bajas pero sí provocaban un desgaste continuado, con hombres capturados cuando intentaban buscar leña o algún soldado que causaba baja mortal en una pequeña escaramuza al caer emboscado durante una patrulla.

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Trenton en la actualidad, vista desde el punto de vista de cualquier rebelde al otro lado del río Delaware

La situación empezaba a ser muy delicada. Las tropas Hessian en Trenton comenzaban a sufrir un desgaste importante y muchas tropas empezaban a acusar la falta de sueño y de descanso ante las señales continuadas de alarma (escaramuzas esporádicas contra piquetes rebeldes, informaciones sobre ataques inminentes infundados, etc.). Ante esta avalancha de agresiones tan difíciles de controlar el Coronel Rall cree conveniente empezar a solicitar ayuda al general Alexander Leslie en Princeton y al general James Grant, reclamando refuerzos inmediatos e informando de la imposibilidad de controlar una zona tan inestable con tan pocas tropas.

El general británico Grant rechazó todas las peticiones de auxilio, subestimando el peligro de esos raids de las milicias locales. En cambio, el general Leslie sí que se ofreció a ayudar a Rall, trasladando algunas tropas a Trenton durante algún tiempo para luego volver a la retaguardia ante la aparición de otras necesidades más inmediatas. El propio coronel Rall, al ver que se hacían oídos sordos a sus peticiones de auxilio, ordenó que uno de sus 3 regimientos estuviera siempre armado y listo para combatir en caso de un ataque rebelde. No pasaba ni un día sin que se recibiera señales de alarma o que tuvieran que salir de Trenton para cubrir un posible cruce enemigo del río Delaware. La sensación de peligro continuo empezaba a pasar factura a unas tropas que necesitaban descanso a ojos vista.

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El General de Brigada Alexander Leslie,
el único oficial británico que se prestó a ofrecer
ayuda a la guarnición Hessian en Trenton



SURGE UNA OPORTUNIDAD: EL NACIMIENTO DE UN PLAN


Llegados a esta situación, el ejército del general Washington experimenta un incremento paulatino en el número de tropas al unirse a él algunas milicias locales provenientes de otros puntos de Nueva Jersey, todo producto de los levantamientos y de las llamadas de auxilio que van surgiendo en la colonia con el paso de los días. De los casi 2.500 hombres de que disponía el ejército al traspasar el río Delaware huyendo de los británicos, se llega ahora a los casi 4.700 hombres. No obstante gran parte de este incremento corresponde a milicias que tienen un comportamiento errático y que muy a menudo funcionaban de forma autónoma, así que no se podía esperar que estas tropas fueran a estar presentes durante mucho tiempo.

Al mismo tiempo que se van produciendo levantamientos en diversos puntos de Nueva Jersey, se produce otro que va a provocar toda una cadena de sucesos que ya forman parte de la Historia. El levantamiento se produce cerca de la guarnición Hessian del Coronel von Donop en Burderton y de la guarnición de los escoceses, situados unas millas más al sur todavía. Una milicia local al mando de un oficial retirado y sin mando, Samuel Griffin, se levanta en armas ocasionando graves problemas a las tropas enemigas, hasta tal punto que el oficial al mando de las tropas escocesas solicita al Coronel von Donop que acuda en su ayuda para acabar con esa amenaza. El coronel Hessian no duda en aceptar, alejándose unas 16 millas de Trenton y dejando la población a casi 1 día de marcha. Durante el 24 y 25 las tropas Hessian del general von Donop permanecen en la zona del conflicto enfrentándose a la milicia de Samuel Griffin y dejando sin apoyo a la guarnición Hessian de Trenton.


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La aparición de milicias propicia que Trenton quede expuesta


La noticia de la marcha de las tropas Hessian del general von Donop en auxilio de los escoceses llega al cuartel general de George Washington y provoca muchas reacciones. El general era consciente que esa noticia era un “catalizador” para la idea que en él rondaba desde hacía tiempo. Estaba surgiendo una oportunidad, una situación de la que se podría sacar provecho. Un oficial adjunto a George Washington, Joseph Reed le escribe el día 22 una carta exhortándole a actuar de inmediato: “Todos somos de la opinión mi querido general que algo debe intentarse para mejorar nuestro crédito, ahora tan reducido y dar a la Causa un mayor grado de reputación y evitar una depreciación de la moneda Continental que se está emitiendo a tanta velocidad”. Que “incluso un fracaso no podría ser más fatal que quedarnos quietos en nuestra actual situación. Debemos realizar algún tipo de acción en breve o rendir nuestra revuelta”. Y finaliza diciéndole: “¿No sería posible, mi querido general, que parte de sus tropas o todas realicen algún tipo de distracción o algo más contra Trenton?”.

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Joseph Reed, uno de los adjuntos a George Washington
y el que recomendó realizar un golpe de mano contra Trenton


Después de leer la carta el general George Washington llama a sus oficiales a una reunión. Durante la misma les dice que tiene intención de atacar Trenton, derrotar a la guarnición Hessian y tomar todo el armamento, pertrechos y suministros que haya en la población. Su idea es cruzar el río Delaware el 26 por la noche y atacar al alba. Con suerte las tropas Hessian estarán cansadas por las celebraciones de Navidad. La noticia sorprende a todos. Las preguntas se suceden: ¿atacar a las tropas Hessian en trenton? A nadie se le escapa que se trata de una decisión arriesgada. Los Hessian les han derrotado desde que llegaron a Nueva York embarcados en la Royal Navy. Son tropas europeas, adiestradas para el combate con años de experiencia; son tropas temibles, de una disciplina férrea y que no cederán ante un ataque rebelde. ¿Y qué tienen los rebeldes para enfrentarse a semejantes unidades de élite? Hombres cansados y hambrientos, semidesnudos y que sólo han hecho que huir durante más de medio año. No son disciplinados y tienen muchísima menos experiencia que las tropas Hessian. El mismo general Washington guarda en la retina las imágenes de los Hessian matando a golpes de bayoneta a las tropas que se rendían en Fort Washington, la frialdad de las tropas alemanas en el combate, su espíritu inquebrantable. También tiene frescas en la memoria las imágenes de pánico de sus tropas al ver a las tropas Hessian avanzar con las bayonetas caladas pero cree, a la vez, que su ejército tiene opciones. Les dice a sus oficiales que ”el ataque será sorpresivo, pillará a las tropas enemigas en medio de las calles, les dejaremos sin capacidad para poder maniobrar y formar”. Si se logra el efecto sorpresa,”no podrán combatir al estilo europeo, en formación cerrada, así que tendrán que hacerlo de una forma a la que no están habituados”.

[youtube]http://es.youtube.com/watch?v=BO2zR9-Yw ... re=related[/youtube]

Lo que en esencia está surgiendo allí, en el sur de Nueva Jersey y a la orilla del río Delaware, es un nueva forma de combatir, una nueva filosofía de hacer frente a las tropas europeas combinadas de británicos y Hessian. No es nada que no se haya inventado antes pero es la chispa que encenderá la pólvora. Después de discutirlo, todos acuerdan que atacar Trenton es la mejor opción y se trazan los planes meticulosamente. Sólo algunos oficiales conocen los planes y el objetivo final: Trenton.


EL PLAN PARA ATACAR TRENTON

El plan original preveía cruzar el río Delaware durante la noche del día 26 en tres puntos. Dos de los cruces se producirían al sur de Trenton:

1) El primero se realizaría cerca de la población objetivo para cortar la retirada hacia el sur de la guarnición Hessian al cuando se produjera el ataque principal. Estaría bajo mando del oficial James Ewing y formado por milicias.

2) El 2º cruce se produciría cerca de la guarnición Hessian de Burdenton para desviar la atención y evitar que las pocas tropas que había dejado allí el coronel von Donop acudieran en ayuda de la guarnición Hessian en Trenton. Este segundo cruce estaría bajo mando del Teniente Coronel Cadwallader con un regimiento de Rhode Island, algunos hombres de Pennsylvania, milicia de Delaware y 2 cañones. Su objetivo era crear una diversión y hacer “mucho ruido”.

3) El tercer cruce y el más importante se produciría unas 9 millas al norte de Trenton y estaría formado por las fuerzas principales bajo mando del general Washington y de sus 2 principales oficiales, el Mayor General Nathaniel Greene y el Mayor General John Sullivan. En total 2.400 hombres, 18 cañones y diversos caballos. Estas fuerzas avanzarían juntas hasta llegar a Birmingham, a unas 4 millas de Trenton, donde se dividirían en 2 columnas: una dirigiéndose por el sur hacia Trenton bordeando el Delaware y otra por el noroeste, con la intención última de cortar la retirada de las fuerzas Hessian hacia Princeton, donde estaba una potente guarnición británica al mando del General de Brigada Leslie. El general Washington acompañaría la columna que se desviaría hacia el norte junto con el Mayor General Nathaniel Greene. La columna que bordearía el río por el sur estaría al mando del Mayor General John Sullivan.

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Plan de operaciones del grupo principal encargado del ataque a Trenton

A cargo de la flota de barcos, barcazas y botes para cruzar el río Delaware se encontraba el Coronel Glover y su regimiento Marblehead, formado por hombres de mar con mucha experiencia en temas navales. Sus hombres se encargarían de preparar los botes y transportar las tropas durante el cruce nocturno hacia la orilla oriental del Delaware.

Era un plan minuciosamente estudiado y elaborado, no cabía duda. Pero ya sabéis que en estos casos se suele decir que “los planes nunca sobreviven al contacto con el enemigo” ;la verdad es que esa es sólo la mitad de historia. ”Muchas veces no es ni necesario la presencia del enemigo para convertirlos en papel mojado…”.

[youtube]http://es.youtube.com/watch?v=iQNqvtRoV ... re=related[/youtube]



Amanece el 25 de diciembre...
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Mensaje por Haplo_Patryn »

EL CRUCE DEL RIO DELAWARE

El día 25 amanece gris y tormentoso. Las temperaturas han descendido mucho y el río Delaware presenta síntomas de congelación: trozos de hielo bajan arrastrados por la corriente. Como cada mañana durante los últimos días, la guarnición Hessian de Trenton acude al borde del Delaware con algunos cañones y gran parte de los 3 regimientos para atajar cualquier posible cruce enemigo. Forma parte de la “psicosis” que se ha ido creando entre los Hessians durante las últimas semanas ante los ataques guerrilleros de las milicias rebeldes y los constantes avisos y alarmas de que la guarnición va a ser atacada. Esperan un par de horas al borde del Delaware y se retiran hacia sus puestos. De nuevo otra “falsa alarma”.

En el campamento americano todo parece igual que en los días anteriores, nada parece indicar que vaya a ser un día importante. La mañana transcurre tranquilamente. Hacia las 4 de la tarde un tambor americano suena en el campamento; luego le sigue otro y otro. A lo largo del río Delaware los regimientos van formando. Los cocineros han preparado raciones para 3 días y hay un movimiento inusual entre los oficiales. Se capta algo en el ambiente, hay una tensión que se puede casi palpar. El sentimiento se incrementa cuando reciben la orden de coger toda la munición que puedan llevar encima. Ya no hay duda de que algo gordo se está preparando…

Sólo algunos oficiales tienen conocimiento de lo que ocurre. Al poco rato las tropas reciben la orden de trasladarse a los puntos de reunión escogidos previamente junto al borde del río. El traslado se produce con más lentitud de lo esperado. Los caminos están en mal estado y las previsiones horarias para esta 1ª fase del plan ya van con retraso. Para cuando llegan a las zonas de embarque hay un desfase horario importante respecto al previsto. George Washington observa su reloj de bolsillo con ansiedad y preocupación. Su previsión ya está desfasada.

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Las tropas rebeldes se trasladan a las zonas de embarque

Hacia las 11 de la noche empieza una fuerte tormenta, con viento incluido. El cielo está negro como nunca y la lluvia, la nieve y el barro obstaculizan el movimiento de las tropas y los cañones. Los hombres embarcan ordenadamente con órdenes estrictas de no separse de sus mandos, los cuales llevan un papel blanco enganchado en el sombrero para que todos puedan identificarlos y orientarse. Sólo se oye el golpeteo de la lluvia contra las barcazas y el agua del río. De vez en cuando los caballos relinchan y se oye alguna conversación en susurros pero todo ocurre con normalidad. El traslado de las tropas es largo y tedioso. Hay mucho hielo bajando por el río y aunque no es muy grueso hay que andar con cuidado porque un impacto o un mal movimiento pueden provocar que algún bote vuelque inesperadamente. Algunos hombres caen al hielo, la corriente es fuerte pero consiguen volverlos a subir. Se usan unos botes de gran capacidad que sirven habitualmente para transportar hierro y otros productos por el río Delaware. Debido a la corriente y al frío, los soldados se ponen de pie en los botes; sentarse sería correr el riesgo de congelarse los traseros.

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El bote de la imagen es uno de los tipos de botes usados durante el cruce

El general Washington embarca finalmente, en una imagen que luego ha sido representada en muchos cuadros: altivo, tranquilo, de pie en el bote, tiene la mirada fijada en la orilla enemiga, impertérrito ante la fuerte tormenta de aguanieve que le sacude el sombrero y le empapa la ropa.

El traslado es lento y hasta las 3 de la madrugada del día 26 no se completa el cruce de las tropas de a pie. Los cañones se trasladan con lentitud debido a su peso y a su escasa maniobrabilidad. Henry Knox, el mando al cargo de la artillería, ha decidido trasladar gran cantidad de cañones, algunos realmente pesados. Su traslado requiere mucha paciencia y muchos hombres para moverlos, embarcarlos y volverlos a dejar en tierra. La tormenta está sacudiendo duramente a los hombres y el frío es cada vez más persistente. Las temperaturas están ya muy cercanas a la de congelación.

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Henry Knox, el experto en artillería del ejército rebelde

El General Washington observa su reloj. Hasta las 4 de la madrugada no se completa el traslado de los cañones. Ya van con muchas horas de retraso respecto al horario previsto. Para cuando lleguen a Trenton ya habrá amanecido y la oscuridad no les protegerá del enemigo. ¿Debe detener el avance? Observa a sus tropas, el aliento frío que sale de sus bocas mientras intentan calentarse en las hogueras que han encendido para resguardarse de la tormenta. Observa los pies descalzos de algunos de sus hombres, el frío terrible que están pasando; la lluvia y la nieve que les acompaña, los rostros congestionados y rojos, las manos que apenas pueden sostener los mosquetes. No puede volverse atrás, no ahora. Volver a cruzar el río sería un golpe muy duro para la moral. El general Washington decide seguir adelante, ya se han jugado demasiadas cartas como para rendirse ahora…

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El General Washington pensativo montado en su caballo, antes de dar la orden de seguir el avance

Lo que no sabe el general es que los otros 2 cruces previstos a realizar más al sur de Trenton para provocar una diversión han fracasado y no han podido llevarse a cabo. El general Washington está solo con su Ejército en la orilla enemiga…
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Mensaje por Haplo_Patryn »

HACIA TRENTON


Son las 4 de la mañana del día 26 cuando las tropas emprenden la marcha hacia Trenton. El camino es duro, el barro dificulta el movimiento de los 18 cañones y el frío hace estragos entre las tropas. A diferencia de los ejércitos europeos, que tenían un ratio de cañones/infantería bastante bajo, los americanos usaban un ratio muy grande de cañones/infantería. Que 2.400 soldados dispusieran de 18 cañones para entrar en combate en Trenton, demuestra la facilidad y el apego que tenían los rebeldes por esta arma a distancia y de la genialidad de Henry Knox, el verdadero artífice de semejante demostración logística. La estimación sobre las tropas enemigas en Trenton era de que la guarnición estaba formada por 1.500 Hessians y 6 cañones de campo. Eso daba un ratio de 1:250. En cambio el ratio americano era de 1:133.

Los cañones serían una pesadilla para las tropas durante el avance hacia Trenton. En el transcurso de la marcha el Ejército tuvo que atravesar diversos arroyos que bajaban con un nivel alto de agua debido a la tormenta. Su cruce fue dificultoso, sobre todo para mover los cañones. Durante toda la marcha el general Washington animaba y arengaba a las tropas, con su voz firme y a la vez tranquila, transmitiendo seguridad y confianza.

”Soldados, permaneced con los oficiales. Por Dios, permaneced con los oficiales” (cita textual).

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El general Washington arenga a las tropas en el transcurso de la marcha hacia Trenton

Hacia las 6 de la mañana las tropas llegan a Birmingham un villorrio que se encontraba justo en un cruce de carreteras. Era en ese punto donde las tropas debían dividirse: la división bajo mando del Mayor General John Sullivan se abriría paso bordeando el Delaware y atacaría desde el sur. La división a cargo del mayor general Nathaniel Greene se dirigiría hacia el norte y atacaría desde el noroeste. George Washington acompañaría la división de Nathaniel Greene.

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John Sullivan, al mando de las tropas que atacarían desde el sur

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Nathaniel Greene, encargado del ataque desde el sector noroeste

Antes de separarse el general Washington conferencia con sus 2 jefes de división y algunos de los jefes de brigada. Son las 6 de madrugada y empieza a atisbarse un poco de luz en el horizonte. Aún quedan 4 millas hasta llegar a Trenton. El general Washington les indica que ”el ataque empezará a las 8 en punto”. Puesto que las 2 formaciones atacarán de forma independiente sin tener contacto una con otra, les dice que sincronicen el reloj. Todos los oficiales observan a George Washington mientras sacan sus relojes de bolsillo para sincronizar la hora. Es uno de los primeros actos documentados de sincronización de relojes de la Historia en una campaña militar.

Durante el breve descanso, las tropas intentan comprobar el estado de sus mosquetes y rifles. Algunos observan alarmados que la pólvora está mojada y que a pesar de las precauciones las armas están húmedas y no podrán ser usadas en su gran mayoría. El general Washington se reune con Sullivan y uno de los jefes de brigada, Arthur St. Sinclair:

”¿Qué deberíamos hacer?” – pregunta Sullivan.
”No hay nada más que hacer que avanzar y cargar” – suelta Sinclair.
”Avanzar y cargar” – confirma George Washington.

Las tropas rebeldes no disponen de bayonetas, apenas unos cuantos de los 2.400 hombres con los que cuenta el ejército americano dispone de una. Ahora ya es demasiado tarde para volverse atrás. Si la pólvora no funciona tendrán que moverse rápidamente e impedir que los Hessians formen en formaciones cerradas de combate. ”Avanzar y cargar”. Esa es la consigna.

Minutos después las 2 formaciones se separan y emprenden la marcha hacia Trenton. El general Washington conoce perfectamente la disposición de los puestos de vigilancia y alarma Hessians, gracias a las informaciones que se han ido recabando durante los días anteriores. El avance prosigue sin pausa, esta vez a mejor ritmo.

Pasadas las 7:30, el general Washington detiene el avance en los límites de una arboleda. Observa atentamente al frente. A pesar de que ya ha amanecido y que no van a poder atacar al alba como pretendía, la tormenta es tan fuerte y hay tantas nubes, que el cielo está oscuro y la visibilidad bastante mala. Nadie diría que ha amanecido. Es una suerte. Enfrente, a unas 800 yardas, hay un edificio que el general sabe que es un puesto de vigilancia Hessian.

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Las tropas rebeldes avanzando hacia Trenton

Las tropas se posicionan para entrar en combate, desplegadas al borde del bosque. El general observa su reloj de bolsillo. Son casi las 8. Ordena avanzar. Da unos golpes a su caballo para correr al trote, los soldados aceleran el ritmo, casi 1.500 hombres desplegados en formación de combate se adentran en terreno abierto bajo un aguacero de agua y nieve en dirección a la posición Hessian. Nadie grita, sólo se oye el chapoteo de cientos de pies corriendo, algunos descalzos.

En el puesto de vigilancia Hessian, la puerta se abre y asoma un soldado alemán. Apenas se puede ver nada con la tormenta de nieve y agua pero un soldado americano se detiene y dispara. Empiezan a salir más Hessians semivestidos corriendo y buscando sus armas. Suenan algunos disparos mientras los rebeldes siguen avanzando al trote. El viento disipa prácticamente el sonido de los fogonazos de los mosquetes. Los rebeldes realizan tres descargas a larga distancia y los Hessians que han salido del edificio forman disciplinadamente y disparan. Algunos están vestidos, otros tienen cara de sueño y otros no están ni uniformados. Nadie resulta herido, ni para un bando ni para otro, hay demasiada distancia para realizar un disparo claro.

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Edificio que funcionaba de puesto de vigilancia Hessian en Trenton

Justo en ese momento se oye un boom fuertísimo de un cañón americano a lo lejos. El general Washington detiene su caballo y observa su reloj: son los 8:03. Seguidamente se oye de fondo un repicar furioso de tambores Hessian llamando a las armas, desde Trenton. George Washington apenas se lo puede creer. Ambas divisiones están atacando en perfecta sincronización en medio de una tormenta terrible de nieve que les ha ocultado a los ojos del enemigo hasta que ya estaban muy cerca.

Contra toda expectativa, han tomado a los Hessians por sorpresa.

Empieza la batalla de Trenton.


[youtube]http://es.youtube.com/watch?v=Wzu8fWPT7lM[/youtube]
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Re: Momentos claves de la historia: el cruce del rio Delaware.

Mensaje por Haplo_Patryn »

LA BATALLA DE TRENTON

El soldado Hessian que había salido del puesto de vigilancia y había recibido el primer disparo de la batalla de Trenton era el teniente Andreas von Wiederholdt. Estaba al mando del puesto de vigilancia y disponía de 24 hombres. En sus memorias y en la posterior comisión que se abrió para estudiar los sucesos que acontecieron aquel 26 de diciembre, el teniente Andreas explicó que sus tropas estaban muy cansadas y hacinadas en un edificio pequeño, insuficiente para alojar a 25 hombres.

Recordaba haber salido aquella fría y tormentosa mañana a tomar el aire y respirar un poco de aire fresco. Eran cerca de las 8 de la mañana y se puso a observar hacia el bosque que tenía enfrente. Mientras observaba distinguió algo que se movía, entre la nieve que caía intensamente. No tardó mucho en identicarlos como hombres que avanzaban. Por un momento creyó que eran los soldados de alguna patrulla pero cuando los hombres que veía empezaron a multiplicarse empezó a sospechar. De pronto ve un flash y algo de humo y un silbido que pasa cerca. De pronto ve otro flash, y otro. Reacciona gritando: ”¡El enemigo!” (¡Der Feind!).

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El general Washington liderando la división de Nathaniel Greene

Los Hessians salen corriendo del edificio y se entabla un intercambio infructuoso de disparos. Ahora ya se apreciaban cientos de hombres avanzando como posesos hacia su posición, amenazando con rodear el puesto de vigilancia. Después de algunos intercambios más de disparos los Hessians retroceden. Al mirar hacia el puesto de vigilancia que controla la carretera situada más al este, Andreas observa que el pelotón de guardia situado allí reacciona igual, retirándose hacia Trenton. En su camino hacia el norte de la población reciben el apoyo de varios hombres de la compañía del regimiento Hessian Lossberg que han acudido a la carrera desde Trenton.

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La división de Nathaniel Greene ya ha sobrepasado los puestos de vigilancia por el norte y sigue avanzando. Washington ordena a los oficiales Hand y Haussegger que se situen en el flanco izquierdo del avance rebelde y corten la carretera hacia Princeton para evitar la huída de las tropas Hessian. El resto de brigadas avanzan y se dirigen hacia el norte de Trenton, a buen ritmo.

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Los americanos están moviéndose con celeridad y los Hessian se repliegan rápidamente de edificio en edificio, intentando responder al avance con disparos esporádicos. El general Washington observa la escena con ojo crítico y queda admirado de la profesionalidad de las tropas alemanas, de su comportamiento extraordinario a pesar de estar en inferioridad numérica.

Mientras sucede esto, la división rebelde de Sullivan por el oeste se adentra en la periferia de Trenton, recibiendo fuego intenso procedente de un edifico que funciona de puesto de vigilancia Hessian. Los americanos intentan bordear el edificio. El empuje del coronel de brigada rebelde Stark, un soldado con una reputación de luchador incansable, rompe la resistencia Hessian y los americanos avanzan. Su brigada es una de las pocas que disponen de bayonetas y los Hessians quedan en estado de shock al ver avanzar a los rebeldes a gran velocidad y con las bayonetas caladas. Los piquetes Hessians en el este se retiran, igual que en el norte de Trenton.

En el centro de la ciudad los tres regimentos Hessian (Rall, Rossberg y Knyphausen) salen de sus cuarteles nada más oir los primeros tiroteos. Estaban alerta a pesar de todo y reaccionan con gran rapidez. El regimiento Knyphausen queda aislado de los otros dos y no podrá enlazar con ellos durante la batalla.

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Este es el edificio donde estaban las tropas Hessian descansando antes del ataque

Históricamente se ha dicho que las tropas alemanas estaban borrachas por las celebraciones de la noche pero lo cierto es que eso es falso. Los Hessians estaban sobrios y su reacción al ataque fue extremadamente profesional.

Al oirse los primeros disparos un oficial acude al cuartel del Coronel Rall, al mando de la guarnición Hessian en Trenton y grita: –”El enemigo”.

“¿Qué ocurre?” -grita Rall.
“¿No oye los disparos?-responde el oficial.
“Salgo inmediatamente” -grita Rall.

Mientras los regimientos Hessian forman en el centro de la población, las 2 divisiones rebeldes avanzan desde 2 direcciones. Por el oeste las tropas empiezan a adentrarse por la población y por el norte los rebeldes ya han tomado las alturas que rodean Trenton y despliegan los cañones.

Los piquetes Hessian que se han retirado de los puestos de vigilancia se mueven ya hacia el interior de Trenton. El coronel Rall, que se ha vestido rápidamente, acude al encuentro del teniente Andreas que le dice que “el enemigo viene en gran número” y que “están por todas partes, por el este, por el norte, por el sur y por el oeste”

Esta respuesta no era correcta. Los americanos no estaban por todas partes, no todavía. Por el sur los Hessian aún controlan el puente que atraviesa Assunpink Creek, un riachuelo que bordea Trenton por el sudeste (ver mapa abajo) y que era una ruta de escape perfecta porque, de cruzar el puente, las tropas Hessian quedarían con los flancos protegidos y en posición segura. Esta información y la decisión de Rall de seguir en Trenton combatiendo ante ese reporte equivocado, tuvo una trascendencia fundamental para el desarrollo de los acontecimientos.

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A George Washington no se le escapaba el hecho de que era perentorio avanzar sin descanso y moverse con gran velocidad para evitar que las tropas Hessian pudieran organizarse y formar en posiciones cerradas de combate, a la vez que se evitaba que pudieran huir. Si los Hessians escapaban el ejército rebelde estaría en una grave posición, situado en la orilla enemiga del Delaware, con un ejército Hessian al frente y uno británico (en Princeton) en la retaguardia. Ante esa situación su ejército podría quedar aniquilado y la Revolución finiquitada.

Como oficial alemán y profesional que era, el coronel Rall tenía claro que las tropas Hessians eran mucho mejores que esa pandilla de desharrapados rebeldes y que en un combate cara a cara los americanos no tenían nada que hacer. Dada esa mentalidad el coronel Hessian actuó como dictan los cánones militares y los libros de táctica militar para estos casos: responder al ataque americano con un fuerte contraataque.

La artillería rebelde se ha desplegado mientras tanto en las alturas de Trenton, al norte. George Washington observa la escena desde su posición aventajada: ve avanzar a la división de Sullivan por el oeste de Trenton, combatiendo a través de los edificios. Las tropas que tiene enfrente, las brigadas de la división de Nathaniel Greene, avanzan también hacia el centro, donde están las brigadas Hessians.

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Los rebeldes disparan y maniobran con celeridad para no dejar respirar a los Hessians

Se produce un duelo de artillería en la que tienen todas las de ganar las piezas americanas, al ser más numerosas y disponer de mejor campo de tiro. Usar los cañones ante la tormenta de nieve que está cayendo es un éxito porque la pólvora se moja con facilidad y los cañones están fríos. Los cañones Hessian quedan anulados por el fuego de contrabatería americana.

En medio de la tormenta y del fuerte viento, suenan las explosiones y las descargas de mosquetes mientras los rebeldes se adentran en Trenton, produciéndose un combate de edificio en edificio. Saltan las astillas, las descargas de metralla salpican la nieve y rompen cristales. La sangre empapa el suelo de las calles.

Se produce un combate cerrado para controlar algunas piezas Hessian de artillería en el centro de la población que han quedado silenciadas por el fuego de artillería rebelde. Se suceden las descargas de disparos y los Hessians dejan los cañones a merced de los rebeldes.

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Se combate de casa en casa y por las calles de Trenton

Los regimientos Hessian Rall y Lossberg se repliegan hacia el este, hasta una zona de huertos que hay en el este de Trenton. Al estar desplegadas en abanico, las tropas rebeldes amenazan con flanquear a los Hessians y estos se retiran paulatinamente hacia el este de la población.

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Desde allí los 2 regimientos Hessian se aprestan a formar y recuperar el aliento. El coronel Rall ordena atacar el flanco izquierdo rebelde al norte de Trenton, que está protegido por la brigada de Hand y Haussegger. El general Washington ve la amenaza y ordena que las 2 brigadas se muevan para flanquear a su vez a los Hessians mientras el resto de brigadas rebeldes fijan a las tropas enemigas. El contrataque es repelido con duras bajas para los Hessians, que son superados numéricamente. El regimiento Knyphausen sigue aislado más al sur, sin poder contactar con los otros 2 y haciendo frente a la división de Sullivan. Los Hessians intentan otro contraataque pero fallan de nuevo ante el fuego graneado y la metralla de los mosquetes rebeldes, que a distancias cortas causan estragos.

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Contraataque hessian

El fuego rebelde se cobra muchas vidas Hessian y sobre todo la de muchos oficiales, entre ellos el coronel Rall, que cae gravemente herido. Los rebeldes se aprestan para el golpe final y llaman a la rendición a los Hessians, que no tienen ya donde huir, rodeados por todos los lados y amenazados con recibir fuego por los flancos y la retaguardia. El combate ya dura más de una hora y las tropas están cansadas. El viento y la nieve golpean los rostros de los soldados, abatidos y cansados. Los oficiales Hessians piden a sus hombres que bajen las armas y se rindan. El coronel Rall se rinde.


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El coronel Rall rinde las tropas Hessians

El coronel Rall muere horas después por las heridas sufridas no sin antes pedir que sus hombres sean tratados con honor.

La batalla de Trenton ha finalizado. El recuento final es espectacular, sobre todo en lo que respecta al número de prisioneros. Cerca de 900 Hessians son capturados, además de gran cantidad de equipamiento, suministros y armas. Especialmente valisosas son las capturas de muchas tiendas de campaña y ropas de invierno, algo en lo que anda muy escaso el ejército rebelde. Los Hessians han sufrido 22 bajas mortales y unos 90 gravemente heridos. Los rebeldes no han sufrido ninguna baja y sólo algunos heridos. Ya sea por la pólvora mojada, la suerte o la mala visibilidad, los Hessians no han logrado causar ninguna baja mortal al enemigo. Durante la marcha nocturna hacia Trenton, no obstante, los rebeldes han perdido 2 hombres por congelación y muchos otros acabarán enfermos de gravedad por el esfuerzo y las duras condiciones metereológicas bajo las que han luchado.

Algunas tropas Hessians logran huir de forma aislada hacia Princeton, incluido un pequeño destacamento de Dragones británicos que aprovechan que tienen caballos para darse a la fuga con presteza. La guarnición enemiga en Trenton queda aniquilada y los que no son capturados huyen a los 4 vientos. Se ha derrotado a 3 regimientos Hessians usando una combinación de audacia, suerte y pericia en combate sin apenas llegar a tener una ventaja en 2 a 1 en hombres (2.400 soldados contra 1.500). El resultado es espectacular teniendo en cuenta las bajas sufridas, el enemigo al que se enfrentaban y las condiciones bajo las que se ha realizado el ataque. No ha sido una batalla de grandes proporciones, sólo una escaramuza. Pero es la 1ª victoria rebelde en casi medio año contra tropas invencibles hasta entonces, profesionales con años de experiencia que combaten al estilo europeo.

Cuando ya no había esperanzas para la Revolución, la victoria en Trenton da un giro brutal a la campaña.

Y es sólo el principio...

PD: Continuará.
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Haplo_Patryn
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Re: Momentos claves de la historia: el cruce del rio Delaware.

Mensaje por Haplo_Patryn »

Una pequeña puntualización. La verdad es que podría acabar aquí la historia pero para que veáis la importancia de la batalla de Trenton, que no dejó de ser una escaramuza de resultados impresionantes, es necesario que explique lo que ocurrió después. Se produjeron 2 batallas más poco después de la batalla aquí contada que dieron aún más valor a lo ocurrido en Trenton, y como esas 2 batallas tienen su miga y perfilaron el carácter del ejército rebelde, creo que vale la pena.

Bueno, eso si alguien ha llegado hasta el final porque me imagino que algunos... :sleep: :sleep: :sleep:


:mrgreen:
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bohe
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Re: Momentos claves de la historia: el cruce del rio Delaware.

Mensaje por bohe »

Esta vez te has superado.... si nos vemos un dia recuerdame que te invite a algo.
Maulet
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Re: Momentos claves de la historia: el cruce del rio Delaware.

Mensaje por Maulet »

Sigue, a mi me está encantando.

La verdad esta guerra y la ACW tienen un encanto especial no sé, son para mi muy atractivas.
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Nitromortyr
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Re: Momentos claves de la historia: el cruce del rio Delaware.

Mensaje por Nitromortyr »

Excelente relato, me esta gustando, ademas por que desconozco bastante la historia americana. Tranquilo no se hace nada pesado leerla y las pinturas y mapas ayudan bastante a que sea una lectura amena. :Ok:
Cuando te empujan, matar es tan fácil como respirar (John Rambo).
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Kal
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Re: Momentos claves de la historia: el cruce del rio Delaware.

Mensaje por Kal »

Este hilo de Haplo se merece un pdf cuando esté listo.

Muchas gracias :Ok:
One lovely morning about the end of april 1913, found me very pleased with life in general...
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Haplo_Patryn
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Re: Momentos claves de la historia: el cruce del rio Delaware.

Mensaje por Haplo_Patryn »

UNA DURA DECISIÓN

Después de la batalla George Washington convoca a sus oficiales a consulta. En la reunión Washington plantea una difícil cuestión: ”¿Deben atacar otro puesto enemigo, mantener la posición, o retirarse de nuevo atravesando el Delaware?”. Algunos oficiales quieren atacar y otros son más prudentes. Los que quieren atacar argumentan que los éxitos deben explotarse y que la Historia ha demostrado esto con creces.

Los moderados argumentan que en el sur aún están las guarniciones del Coronel Von Donop y de los escoceses, cerca de la población de Burdenton, mientras que en el norte y a un día de marcha se encuentra la guarnición británica de Princeton. Arriesgarse a permanecer en esta posición o intentar otro ataque es arriesgarse a perder las ventajas que ahora han logrado con la victoria en Trenton. Los hombres están cansados, muchos están enfermos, las armas húmedas y la pólvora mojada…

Mientras discuten, la decisión llega por si sola. Los hombres han encontrado una gran cantidad de ron escondido en Trenton y se han emborrachado. Muchos están embriagados y en condiciones pésimas. Naturalmente la Historia no suele contar estos sucesos, que no son dignos de los éxitos logrados, pero a George Washington le sirvió para tomar la decisión de volver a cruzar el Delaware y dejar Trenton. Quién sabe que habría ocurrido de no haberse encontrado el ron...

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El río Delaware actualmente en la parte más cercana a Trenton

El cruce del río Delaware por segunda vez en menos de 24 horas es más difícil que el primero. El ron no ayuda a que las cosas vayan a mejor. Muchos hombres caen al río Delaware, mientras que otros están tan cansados, abatidos y magullados que no se aguantan en pie y apenas se mueven. Por si fuera poco las condiciones metereológicas no han mejorado y una lluvia intensa les acompaña durante el cruce. Además deben transportar a los prisioneros y todo el material capturado, incluido los cañones Hessians.

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El ejército de George Washington cruza de nuevo el Delaware


LAS CONSECUENCIAS DE LA BATALLA DE TRENTON

Las consecuencias de la batalla son casi más espectaculares que la batalla en sí, teniendo en cuenta que fue prácticamente una escaramuza donde intervinieron fuerzas muy inferiores a las batallas acontecidas desde la llegada de los británicos a Nueva York hace ya más de seis meses.

En 11 días la noticia de la batalla llega a todos los rincones de las colonias. El éxito sorprende a propios y a enemigos. Los defensores de la Revolución consideran la batalla como un regalo de Dios y una muestra de que la Providencia está al lado de los rebeldes. La moral de los rebeldes aumenta y la Revolución gana prestigio internacionalmente y de forma local. Nadie apostaba ni una moneda por los americanos y las derrotas y reveses sufridos desde hace meses había dejado a la Revolución a punto de extinguirse. La batalla de Trenton da nuevos ánimos y enciende a la población, que recupera las esperanzas y la fe en la victoria.

En Nueva York la noticia supone un revés tremendo para los altos mandos británicos. El secretario del General Howe escribe en su diario el 27 de noviembre: Ha llegado a nuestros oidos las desafortunadas noticias de que una brigada Hessian al completo bajo mando del coronel Rall ha caído prisionera en Trenton por un cuerpo numeroso de rebeldes, a las 9 de la mañana. Estoy muy preocupado por la reacción pública, porque revivirá los espíritus decaídos de los rebeldes e incrementará su fuerza.”

Los británicos no tardan mucho en cargar tintas contra los Hessians, haciéndoles responsables de lo ocurrido, lamentando su falta de previsión y precaución. Pero en Londres los períodicos “whig” cargan contra Lord George Germain, que ejerce de ministro de guerra, y otros ministros por su forma de conducir la guerra.

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Lord George Germain, ministro de la guerra

A su vez Germain carga contra el General Howe y declara en el Parlamento que si éste hubiera atacado Filadelfia en vez de detenerse en el Delaware, la guerra ya estaría ganada. El General Howe y el General Grant culpan a los Hessians, especialmente al comandante en jefe de las fuerzas Hessian en América, el general Heister, a pesar de que no había tenido ningún papel en las decisiones fundamentales de la campaña. En cambio los oficiales Hessian cargan contra el General Howe por su política de esparcir y dividir las fuerzas por toda Nueva Jersey, dejando pequeñas guarniciones en lugares difíciles de defender. El Coronel Hessian Von Donop, situado cerca de Burdenton, queda en estado de shock al recibir las noticias y parte con gran número de tropas hacia Princeton.

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El general Howe, el estratega de la campaña en Nueva Jersey

En Europa las noticias de la victoria rebelde en Trenton despiertan una controversia sobre la conveniencia de usar “tropas mercenarias (Hessians)” para resolver conflictos armados de esta índole y se critica al Imperio Británico por recurrir a esta forma de comprar “carne de cañón”, de usar las almas humanas como si fueran “mercancía”. En Francia se escriben diversos panfletos haciendo hincapié en el uso de mercenarios por parte británica mientras combaten a americanos que quieren vivir en libertad y sin ningún rey externo que les imponga su voluntad. En diversos de esos escritos se anima a la población a ir a América a defender la causa rebelde.

Como vemos, la noticia de la victoria en Trenton provoca una serie de críticas en cadena que tienen alcance internacional. La Revolución sobrevive y gana fuerza en el invierno de 1776.


TOMANDO UNA DECISIÓN: 3r CRUCE DEL DELAWARE

El 27 de diciembre las tropas rebeldes descansan y recuperan fuerzas en los campos de Pennsylvania, al otro lado del Delaware. Las tropas tienen un merecido descanso después de un par de días intensísimos en los que han cruzado por 2 veces un río congelado y en condiciones atmosféricas pésimas.

El General Washington anda atareado. Ha recibido mucha correspondencia felicitándole por la victoria lograda, la noticia se ha extendido como el rayo. Lo que le preocupa, no obstante, es el siguiente paso a tomar. ¿Qué debería hacer? ¿Qué puede hacer? Sabe que hay unos 8.000 británicos y Hessians por toda Nueva Jersey, y su victoria en Trenton va a hacer que el número de tropas enemigas crezca, sin lugar a dudas. Por si fuera poco los informes sobre el estado de sus tropas no es bueno. Se ha incrementado el número de hombres que no están en condiciones para combatir, enfermos por los 2 cruces realizados bajo condiciones ambientales inhumanas. No obstante no tenía muchas opciones. Hacer algo era arriesgarse a sufrir una derrota; no hacer nada era encaminarse al desastre.

Bajo esa premisa ordena una reunión de sus oficiales para debatir el tema, pero justo antes de que tenga lugar el general recibe la noticia de una fuerza rebelde de 1.800 soldados bajo mando de John Cadwalader ha podido finalmente cruzar el río Delaware cerca de Burdenton. Se trata de las tropas que tenían que atravesar el río Delaware como distracción para el ataque a Trenton. No habiendo podido realizarlo durante la noche del 26, esta fuerza miliciana lo logra al día siguiente. Más sorprendente todavía es la información que vienen en la carta indicando que los Hessians y los escoceses han huído de Burdenton, quizás ante el temor de que pudiera ocurrirles lo mismo que a la guarnición de Trenton. John Cadwalader anima al General Washington a cruzar el Delaware para realizar alguna acción para recuperar el oeste de Nueva Jersey aprovechando las circunstancias.

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John Cadwalader, líder de los Philadelphia Asssociators (milicia)


El tema se debate en la reunión entre George Washington y sus oficiales. El general expone los hechos que acaba de conocer y deja que sus oficiales discutan la mejor opción a seguir. A diferencia de otros líderes y mandos militares, George Washington siempre expone los hechos y deja que sus oficiales discutan la línea a seguir, un método muy diferente del usado por los británicos.

Se llega a la resolución de que hay que apoyar a la milicia de Cadwalader. Una victoria no es suficiente. El Ejército debe aprovechar el momento presente y la iniciativa lograda para atacar otra vez rápidamente con todas sus fuerzas. Así que se dan órdenes para cruzar de nuevo el Delaware y se envían mensajeros hacia todas las direcciones para informar a los jefes de milicias y hombres de armas que “piensa cruzar el río Delaware para atacar Nueva Jersey”.

Esta vez la operación iba a ser más complicada que el cruce del día 26 para atacar Trenton. Se destinan ocho puntos de cruce y se decide que el día 29 empezaran las operaciones de traslado. Las temperaturas han bajado tanto que ahora las tropas cruzan el Delaware a pie, aunque es arriesgado y se hace lentamente ante el riesgo de que se rompa la superficie del hielo. Las tropas acampan en Trenton al aire libre, bajo condiciones extremas de frío. Cientos de hogueras se extienden por Trenton mientras se siguen traslandando tropas, carros de suministros y cañones hacia la población.

Henry Knox, el oficial al mando de la artillería, emprende las labores para mover los cañones hacia Trenton. Esta vez ha sumado a los que ya tenían, los 6 cañones capturados a los Hessians y muchos más que han ido encontrando en Filadelfia, situada al sur. En total cerca de 40 cañones, más del doble de los que habían en el ataque a Trenton del día 26.

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Henry Knox, el oficial encargado de la artillería rebelde

El 31 de diciembre el General Washington se encuentra con un grave problema. Gran parte de sus tropas acaban el contrato firmado para combatir en el Ejército Continental americano. Sus mejores regimientos y soldados marcharán a casa el día 1 de enero de 1777. Para evitar que eso ocurra ofrece un “bonus” económico para todos aquellos que permanezcan un par de semanas más en el Ejército. El hecho de que se hubiera logrado la victoria en Trenton y que el Ejército estaba de nuevo en marcha para realizar una acción ofensiva, anima a muchos hombres a seguir combatiendo. La crisis se supera pero sólo por un par de semanas.

La noticia de que los británicos y los Hessians se encuentran en gran número en Princeton, al norte de Trenton, ya previene a los hombres de que se va a producir en breve una batalla. Y esta vez no será una escaramuza.
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Haplo_Patryn
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Re: Momentos claves de la historia: el cruce del rio Delaware.

Mensaje por Haplo_Patryn »

Aprovecho que hoy es Sant Jordi (Día del Libro y la rosa) para informaros que hay un libro llamado 1776 de David McCullough que está traducido a nuestro idioma y que explica los hechos acontecidos durante ese año y parte de 1775. Gran parte de esos hechos están narrados en este hilo. Hay 2 versiones del libro, uno de tapas más grande y otro de tapas blandas y letra más pequeña. Creo que ambos están sobre las 400-500 páginas.

Sólo por si a alguien le interesa. Entrando en el banner de la Casa del Libro y haciendo una búsqueda por 1776 o por el nombre del autor, tendréis más referencias y detalles.

Cuando acabe el hilo pondré referencias de libros, películas y demás por si a alguien le puede interesar.
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Re: Momentos claves de la historia: el cruce del rio Delawar

Mensaje por LordSpain »

Refloto este hilo. Me lo he pegado de cabo a rabo y no nos puedes dejar así Haplo :wink:
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