


Pronto se va a iniciar la presión desde el norte y el oeste.

En un intento de aliviar la presión, voy a avanzar con una columna blindada de Mark III hacia un aeródromo controlado por los italianos, en Sidi Omar. Al comienzo de la misión modernicé los tanques al último modelo. Los italianos, en cambio, me han esquivado y se lanzan contra mis posiciones, escasamente defendidas.

Los italianos también disponen de tanques más modernos, y se producen los primeros choques.

Al norte la situación también es delicada. He mandado atrincherarse a las tropas.

Consigo capturar el aeródromo.

Pero también pierdo algunas unidades rodeadas por los italianos.


También se sufren las tormentas de arena. Se pierde visibilidad, y los aviones no pueden despegar.


Después de la captura de Sidi Omar tengo que retroceder a toda velocidad porque los italianos se están echando encima de la sierra de Halfaya.

Tengo que comprar más unidades para reforzar la defensa. Quizá debería haberlo hecho desde el principio.

Un batallón de tanques italianos me cierra el paso.

Menos mal que estos tanques ya no llegaban a tiempo de atacarme.

Una victoria trabajada. Como en la historia real, los italianos eran muy superiores en número, pero su avance fue desorganizado, y solo consiguieron triunfar momentáneamente a base de desbordar a las tropas británicas.