Para la comida la música de tabla de Telemman.
Para la sobremesa nocturnos o valses de Chopin para buscar la intimidad.
Para cuando se desnude ella la Llegada de la Reina de Saba de Haendel.
Para marcar el ritmo del coito el Bolero de Ravel.
Para cuando se vaya fugas de órgano de Bach y revivir esa experencia ultraterrenal que te espera.
Suerte
espesito ando hoy..... (pero es un punto, ya parezco Paco Clavel en el ombligo de la luna de RNE, y si es sensible y tiene cultura musical te quedas con ella fijo).