CAPÍTULO 1: La guerra carlista y retrato de un país decadente
Han pasado dós decadas desde la derrota de Napoleón y Fernando VII ha retomado su trono en España. Tan pronto como pudo, Fernando abolió la Constitución Liberal de 1812 y empezó a actuar como el Rey Absolutista que era de tal modo que en 1820, el Comandante Rafel de Riego realizó un golpe de estado, después del cual el Rey tuvo que aceptar la Constitución Liberal. Hasta que en 1823, los Cien Mil Hijos de San Luis en nombre de la Sagrada Alianza, se desplazaron desde Francia a España para restaurar el poder absolutista de Fernando y devolver las cosas a su sitio.
Con la caída del Absolutismo en Europa, los liberales se dispusieron a cambiar la política en España después de la muerte del rey, cuya última orden había sido abolir la ley Sálica (que impedía que una mujer subiera al trono si había un descendiente varón en línea sucesoria que pudiera reinar), de manera que, a su muerte en 1833, su hija Isabel II pudiera heredar el trono. Esta decisión desagradó al hermano de Fernando VII, Carlos María Isidro de Borbón, que la consideraba ilegal, y reclamó el trono mostrándose en rebeldía contra el gobierno de Isabel y de la Regente, María Cristina de Borbón, madre de la Reina. Así estallaba la Guerra Carlista, entre los defensores de la Reina que conformaban el bando liberal y reformista, y los defensores del aspirante al trono que defendían una política absolutista.
Estamos en 1836 y España sangra en una guerra civil
La situación a principios de 1836 es la siguiente (ver imagen abajo). En rojo aparecen las zonas que los carlistas aún dominan. El sector noreste de la Península es el foco donde los carlistas mantienen su pugna contra el gobierno de su majestad la Reina.
El gobierno legítimo cuenta con 7 Divisiones, 3 en Madrid, 3 en Bilbao y 1 en Tarragona. Los carlistas cuentan con el mismo número de divisiones desplegadas al norte de Valencia y al sur de Navarra. El combate será duro y necesitaré reservas para poder recuperar las zonas carlistas.
Desgraciadamente, España está lejos de ser una potencia de primera y en la situación actual ocupa una posición de segundona. Sin apenas prestigio (-50), con un poder industrial mediocre y un poder militar no demasiado boyante, España no está en su mejor momento.


La población española es de casi 15 millones de personas y tan solo un 13% de la población sabe leer y escribir. El partido moderado gobierna España bajo la tutela de la regente y la Reina.
El presupuesto es deficitario (-12,7). Los ingresos por impuestos a los diferentes estratos de la población no dan para financiar las partidas en gastos sociales, lucha contra la corrupción, educación y el mantenimiento del Ejército y la Armada. Aunque el país cuenta con unas pequeñas reservas monetarias, pronto tendrá que pedir prestado para poder hacer frente a un presupuesto que no es viable.
El
partido moderado que gobierna España es intervencionista, proteccionista, moralista, esclavista y promilitar. Al ser intervencionista el jugador (o sea, yo) no puede intervenir en la economía; no puedo construir fábricas, ni puedo escoger dónde hacerlo; tampoco puedo construir el ferrocarril (que aún no es un invento que el país puede construir). Todo está en manos de los
capitalistas, la clase social más importante en este momento del juego. Si esta clase social dispone del dinero suficiente y no les agobio con impuestos y trabas, su riqueza les inducirá a invertir en la industria del país. Así que tengo que ser bueno con ellos porque si quiero sacar a España de la pobreza necesito industrializar el país.
Las
reformas políticas indican que en España sólo se vota según el nivel de riqueza (solamente las clases altas pueden votar). Las reuniones públicas están permitidas pero hay censura de prensa. Todos los partidos políticos están permitidos pero no existen sindicatos ni agrupaciones de trabajadores. Las condiciones laborales son inexistentes. No existe un salario mínimo, no hay estado del bienestar, ni pensiones, etc.
Un 73,8% de la población es conservadora. Un 26,2% liberal. Esto es así porque los granjeros, el clero y los aristócratas forman la base social del país y, por tradición, siempre han sido conservadores.

El partido moderado pues, es el que gobierna España. El partido progresista, que es más liberal, le sigue a continuación. Los otros partidos apenas tienen seguidores, así que se puede decir que en España hay una situación de
bipartidismo.
Estratificación por sectores de España
.Un 58,7% de la población es granjera, así que España es un país que vive del campo y los productos agrícolas.
.Un 23,9% son trabajadores que trabajan en las minas y canteras del país.
.Un 6,1% son esclavos que trabajan en las fincas de las colonias de ultramar: Filipinas y las Antillas.
.Un 2,6% son la clase social que ha surgido junto a las fábricas que ha traído la industrialización: los oficinistas.
.Un 2,5%son aristócratas.
.Un 2,1% conforman el clero.
La religión predominante es la
católica.
Esta es la situación de la sociedad española al empezar 1836. Un país agrícola, con un presupuesto inviable, escasamente preparado para acoger al nuevo fenómeno internacional que viene del Reino Unido: la industrialización.