Retomamos por un día la aventuras del U-46. Después de haber llegado a la base con todos los torpedos en la bodega, el Almirante propuso hacermelos tragar uno a uno, sin vaso de vino y sin pan para que aprendiese la lección.
-No son formas de hacer la guerra, kaleun Patxi, no son formas. No vea el cachondeo que hay en las otras bases y en el Almirantazgo. Que si los uboot de Kiel podrian ser útiles para limpiar los limos del estuario, que si se desguazan y se convierten en balas serian mas dañinos que lo que son ahora.... ¡Que vergüenza, kaptein! Bla, bla, bla, bla....
Total unas semanas en dique seco y como el arma submarina andaba sobrada de barcos, nos vuelven a asignar otra misión. Total, de tener el sub oxidándose en el puerto, mejor lo tenemos haciendole millas para hacerle el rodaje a la siguiente tripulación con agallas que lo coja y otra retahíla de insultos e improperios que tuve que aguantar del almirante.
Nos vuelven a reabastecer con alimentos y aguada (con torpedos no hizo falta

) y el 1 de septiembre volvemos a encontrarnos toda la tripulación en el puerto de Kiel.
El Alto Mando nos ha traído un nuevo oficial, Peter Akermann. Un crack el tío. Lo mismo te hace una operación de cirugia en alta mar, que te cambia los cojinetes del motor eléctrico, o le acierta a una gaviota a 1000 metros con mar picada. No se que me da que le han puesto ahí para ser mi sustituto si en esta misión no cubro de gloria la bandera de la Kriegsmarine. De momento, ya le he confinado en las literas para que no de la tabarra.
De quien no me he podido deshacer ha sido de Olufsen. Otra vez tendre que soportar al noruego en el puente de mando...
***** To be continued*****