Fernando III el Santo,
Cruzado, perfecto caballero
y devoto de María Santísima
San Fernando marcó la primera mitad del siglo XIII, con su vida ejemplar, su intensa piedad religiosa, su prudencia de gobernante y su heroísmo de conquistador audaz. Jamás conoció en sus empresas la derrota, ni el fracaso; siempre, por el contrario, fueron coronadas por el triunfo y la gloria. Es modelo de santo seglar, de militar impertérrito, de cruzado valeroso de la fe. Meticuloso palaciego, músico, poeta, y en todo y siempre gran señor y perfecto caballero
San Fernando sirviendo a doce pobres en Pascua.
Costumbre que los Reyes de España siguieron a partir de él.
Cuadro de A. Casanova, copia por J. Segrelles
Fernando era hijo de Alfonso IX de León y de doña
Berenguela de Castilla, hija a su vez de Alfonso VIII,
vencedor de las Navas.
En 1217, tras el fallecimiento de Enrique I de Castilla1, doña Berenguela reunió las Cortes en Valladolid e hizo proclamar rey a su hijo quien, aún adolescente, asumió el trono como Fernando III. Al saberlo, su padre Alfonso reunió a sus ejércitos y se dispuso a atacar Castilla pero, a último momento, sus consejeros lograron persuadirlo, argumentando que una guerra entre reinos cristianos solo favorecería a los musulmanes, enemigos de España y de la Fe cristiana. Alfonso accedió y firmó una alianza con su hijo, pero nunca se reconcilió. Juntos marcharon hacia el sur, conquistando los leoneses Badajoz y Mérida y poniendo riguroso sitio a Cáceres, en las tierras de Extremadura en tanto Baeza y Andújar, en Andalucía, sucumbían a la presión castellana.
La reconquista de Córdoba
Finalizada la campaña, peregrinaron los bravos reyes a Compostela. Al morir Alfonso en el camino, Fernando reclamó sus derechos de sucesión, unificó ambos estados y después de consolidar su poder, se lanzó en campaña sobre los reinos de Taifas, conquistando Córdoba tras cuatro años de intensa lucha (1236). El suceso conmocionó a la Cristiandad y en Roma, el Papa Gregorio 2 elevó sus plegarias, agradeciendo al Señor la victoria castellana.
Con la antigua capital de los califas en su poder, lo primero que hizo Fernando fue convertir a la mezquita en Catedral, colocando la cruz sobre el alminar de Abderramán III 3 y ordenando llevar hasta Santiago de Compostela, a hombros de prisioneros musulmanes, las grandes campanas de su catedral. Éstas habían sido trasladadas hasta Córdoba, a hombros de cautivos cristianos y convertidas en lámparas...
Fuente:
http://www.cruzadadelrosario.org.ar/santos/14sanfer.htm