Pasa un par más de turnos y
Lecce cae en manos aliadas después de que los ataques de Boce me causaran daños y amenazaran con destruir todas mis fuerzas italianas. Ahora los aliados se dirigen hacia los depósitos de suministros del Eje.
Un regimiento de la
Div. italiana Piceno es destruida en los alrededores de la ciudad, una baja más en esta dura guerra.
De camino a Tarento siguen llegando unidades de artillería, divisiones costeras italianas y Flak/AA. Sigo sin saber muy bien qué disposición tomar, si pasar a la defensiva en las montañas o bien defender el terreno hexágono a hexágono.
Y es aquí cuando entra en acción el general alemán
Fridolin von Senger und Etterlin, un general antinazi, hombre de campo, general de soldados y que sabe cómo piensan sus hombres en el campo de batalla.
Kesselring tiene plena confianza en este general y cuando se reune con todo su estado mayor para discutir las acciones a emprender en Tarento y Brindisi, Fridolin propone algo que provoca las muecas del resto de la oficialidad.

Fridolin von Senger und Etterlin
Eberhard von Mackensen, otro de los generales presentes, es un hombre conservador, un general aristócrata de la antigua escuela al que
Kesselring no tiene en gran estima. Al oir la propuesta de Fridolin von Senger, Eberhard se quita el monóculo y resopla con una sonrisa irónica y burlona en la cara. En cambio Kesselring sí que estima y mucho a Fridolin y cuando oye su propuesta sonríe, pero maliciosamente, porque ve una posibilidad interesante en la propuesta.

Eberhard von Mackensen.
Fridolin propone
ir a buscar a los aliados en el terreno llano, donde los Panzers y los Panzergrenadiers pueden causar mucho daño a las tropas aliadas. Dar uso a los Panzers para explotar todas las ventajas de las unidades de élite del Ejército alemán. Fridolin argumenta que mezclando la infantería italiana con los blindados y las tropas mecanizadas de los Panzergrenadiers se podrá absorber el gran desgaste que sufrirá sin duda el Ejército ante la poderosa maquinaria aliada, pero a su vez se podrá desgastar mucho más a las unidades aliadas, obligando al enemigo a consumir sus fuerzas en una guerra de desgaste.
"
En las montañas no podremos atacar con ventaja y cada ataque no servirá para destruir las fuerzas enemigas. En cambio en el terreno llano podremos maniobrar y causar bajas cuantiosas al enemigo, retrasando su avance a la vez que les desgastamos. Correremos un riesgo pero si esperamos en la montañas nuestra posición será totalmente defensiva mietras que en el llano podremos explotar las ventajas de nuestros Panzer" - argumenta Fridolin.
Kesselring y sus mandos discuten acoloradamente, sobre todo ante la negativa de Eberhard que considera las montañas la mejor defensa posible para mantener la cohesión y la potencia de las fuerzas alemanas. Pero finalmente se llega a un acuerdo: Fridolin comandará las tropas que detendrán a los aliados e intentará establecer un perímetro
al sureste de Tarento, en terreno llano. Desde ese misma ciudad partirá, hacia las montañas al noreste, una
línea defensiva llamada SIGFRIDO, formada por campos de minas muy densos, casamatas y búnkers que se levantarán paulatinamente por trabajadores forzosos y soldados italianos y alemanes.
Nada más recibir las órdenes, Fridolin parte hacia Tarento mientras estudia el mapa de Puglia y se pone al día con los mandos subalternos que tendrá bajo sus órdenes. Mientras parte hacia Tarento, observa la gran cantidad de tropas, camiones, tanques y semiorugas que se ponen en marcha activadas por las órdenes de Kesselring.
Señores, empieza la batalla de todas las batallas.
¡Empieza la batalla por Tarento!