archiduque_carl escribió:
Claro, estoy de acuerdo en lo que dices.
Pues yo intentaba llevarte la contraria...

Se ve que, realmente, no había quedado claro lo que quería decir
archiduque_carl escribió:Ejem, ejem: eso es lo que se define como ética
Claro: la ética hay que hacerla "haciendo ética", valga la tautología, y no con mitos y leyendas, porque éstos no están sujetos a discusión y eso es lo peligroso: bastaría con adornar lo indeseable con una buena historia. Como dice
Kal, corremos el riesgo de que la gente se aborregue y acabe por pensar "buah, yo creo tal cosa porque como lo creía tal persona que me han enseñado que era tan buena...", sin ser capaz de cuestionarse nada. Y las cosas hay que cuestionárselas, no siempre para cambiar de opinión, sino más bien para comprobar si no merecería la pena cambiar de opinión.
Justin [Gen]aro MacDuro escribió:Por mi perfecto , ¿pero que hacemos con todos los que en lugar de formarse sus codigos morales basandose en el raciocinio lo hacen basandose en el puño ?
(...)
¿como sabemos si algo es eticamente adecuado para nosotros y el mundo que nos rodea ? ... esto es el cuento de nunca acabar !
Pues no sé qué hacemos con los que basan su ética en el puño, pero... ¿qué haces con ellos de acuerdo con la "formulación mitológica de la ética"? Cualquiera puede intentar imponer su ética a la fuerza, ya sea por medio del puño o rebajándola al nivel de relato de fácil consumo que se digiera acríticamente, lo importante es que frente a ese intento de imposición haya siempre quien lo discuta con argumentos. Porque, efectivamente, esto es el cuento de nunca acabar y podemos estar aquí discutiendo días y días (páginas y páginas del foro) hasta que Archiduque me llame relativista y yo me traiga "la escopeta"... Y aún así, luego podríamos seguir discutiendo.
Pero si esa leyenda es usada "para el mal", pues mal hacemos...
Esto sería el centro de la cuestión: ¿cómo defines qué es "el bien" y qué es "el mal"? Porque un nacionalista diría que el nacionalismo no es tan malo y que hacer propaganda de sus ideas mediante leyendas es válido. A mí el nacionalismo me parece una idea tan perversa como a tí (aunque sospecho que por distintas razones), pero ¿qué hacemos? ¿Nos ponemos de acuerdo tú y yo (un acuerdo meramente táctico) para prohibir las leyendas nacionalistas? Mejor será que no, por si acaso ambos estemos en realidad equivocados y tengan razón los otros... Pero para comprobrar quién tiene razón (o, al menos, si nuestras diversas razones pueden convivir con algo de tranquilidad), habrá que dialogar y discutir, ¿no? Y ese es el problema con las leyendas: que como dije antes, no están sujetas a discusión.
Pero esta cuestión es muy complicada y yo tengo un examen esta tarde... Veré si después puedo participar.