El pretor
MatsuHiroshi se aburre en la costa de Campania. Lleva dos meses moviéndose por el sur de Italia, de arriba a abajo; hola Rhegium, adiós Rhegium, Hola Nápoles de nuevo... siempre a la espera de la flota que debe llevarlo a aplastar cartagineses y conseguir más gloria. Pero nunca llega la condenada flota.
De pronto, un tribuno avisa:
-Señor, por fin, se divisa la flota que nos han enviado de Sicilia.
-Ya era hora, por Júpiter. Ya me estaba aficionando a esos panes redondos que hacen los napolitanos y cubren de queso y vegetales.
-Sí, no están mal. Pero muchos empachan.
-Ya, pero es como si les faltara algo, no sé, algún ingrediente.
-Más color, quizá.
El pretor
MatsuHiroshi fijó la vista con más atención.
-Cuantos barcos, ¿no? Parece un ejército de naves.
-Es que en Roma cuando nos ponemos a construir es un no parar... toma barco, toma otro, dale al martillo, pim, pam pum, echamos barcos al mar como empanadillas - proclamó el tribuno, lleno de orgullo
-Ya... ¿y ese símbolo en las velas de allí al fondo? Como un monigote infantil...
-¡Vulva de Venus! ¡Es el símbolo de Tanit, la puta que adoran los cartagineses!
-Ay, dioses. Entonces nuestra flota está siendo perseguida por la cartaginesa.
-Yo diría que la tiene a tiro de batalla naval, señor. Se va a armar una buena. Lo de Salamina va a quedar a nivel de renacuajos en un charco.
-Dioses, espero que ganemos. No podemos perder el dominio del mar. Es vital para nosotros.
- Y que lo diga, señor. Todo el verano comiendo esos panes redondos sería una tortura.
La flota cartaginesa se acerca a la romana.
Toca la primera batalla naval de la campaña, con el juego
Mare Nostrvm. A buscar un almirante, jugadores. Pronto os aviso.