Definitivamente, se puede traducir sin excesivas fatigas. Era cuestión de romper el .exe con el cascanueces correcto para tener líneas limpias estilo HTML. El juego se entiende fácilmente con ese lenguaje en un inglés wargamero ya universal, pero las voces en esa lengua, resonando sordamente en mi cabeza las infinitas veces con las que te topas en la interfaz las mismas palabras, suponían una tortura díficil de definir.
El programa en cuestión, con el poco confesable nombre de
Resource Hacker, permite extraer y cargar los "archivos" (ignoro el entorno concreto y los palabros técnicos) de texto separadamente, de modo que se ahorra el insalvable obstáculo del intercambio de .exes vinculados a una clave personal. Los archivos de texto se pueden extraer (formato .dfm que abre el Notepad++), editar, subir a la red, descargar y montar en el .exe particular con una versión desactualizada de la traducción o la de fábrica en inglés.
Cambiar las tipografías tampoco es baladí. El problema es que en ellas pesan mucho las preferencias personales.
Se pueden editar muchas coshas, como diría un ínclito expresidente. Tipografía, formato, hasta el color aunque esto último no he conseguido plasmarlo. Pero también los espacios de los cajetines de texto y otros elementos de la interfaz. Se presume muy maleable.
Y de bonus track,
¿Están trasteando los desarrolladores con un escenario en Oriente Medio? ¿2006? ¿Líbano?