+1 Este juego se lo han trabajado muy bien.
Strategic Command: Civil War
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Re: Strategic Command: Civil War
Existe el manual en castellano? Estoy empezando con el juego y aunque he visto guías ando algo perdido.
Muchas gracias
Muchas gracias

- Akeno
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Re: Strategic Command: Civil War
Que yo sepa no se ha traducido el manual al castellano, pero siempre puedes traducir el PDF directamente con Google Translate. Menos da una piedra y hoy en día esas traducciones son bastante buenas.
Traducción de documentos PDF fácil

Niitaka Yama Nobore - Drang nach Osten - U-Boote im Krieg - Find'em, Chase'em, Sink'em! - A House Divided - Forgotten Realms - Cosmos - Roma Vincit! - Sangre Española
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Re: Strategic Command: Civil War
Luego solo es cotejar, supongo, y e ir dando sentido del todo.
Curioso e interesante.
Muchas gracias, Akeno.
Curioso e interesante.
Muchas gracias, Akeno.
Re: Strategic Command: Civil War
Muchas Gracias
** Lamentablemente no funciono.

- Akeno
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Re: Strategic Command: Civil War
Qué raro. A mí me funcionó.

¿Tuviste la precaución de forzar que tradujera del inglés a español? A ver si lo dejaste en traducir automáticamente y se ha liado...

De todas formas la maquetación del resultado final no está muy allá. Recuerdo que el compañero CayoMario hace no mucho tradujo algunos manuales respetando la maquetación original y quedaba muy muy bien. Lo que no recuerdo ahora es dónde dijo cómo lo había hecho. Quizá lo comentara en el Discord de PdL. Si esto no te funciona te recomiendo que le envíes un privado a ver si te puede indicar (y nos cuentas).
¡Saludos!
Última edición por Akeno el 23 Ago 2023, 23:48, editado 1 vez en total.
Niitaka Yama Nobore - Drang nach Osten - U-Boote im Krieg - Find'em, Chase'em, Sink'em! - A House Divided - Forgotten Realms - Cosmos - Roma Vincit! - Sangre Española
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Re: Strategic Command: Civil War
Lo encontré. Esta es la guía para traducir manuales del compañero CayoMario. No lo recordaba, pero también utiliza Google Translate. Igual lo que te pasa es que has elegido un documento que pesa más de 10 Mb (el de mi ejemplo pesaba 4 Mb). En la guía se indica cómo trocear esos ficheros más grandes.
Espero que te sirva.
Espero que te sirva.
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Re: Strategic Command: Civil War
Otro dlc ...
https://forums.matrixgames.com/viewtopi ... 36c20a63e9
https://www.matrixgames.com/game/strate ... -of-europe
https://forums.matrixgames.com/viewtopi ... 36c20a63e9
https://www.matrixgames.com/game/strate ... -of-europe
Strategic Command: American Civil War - Concert of Europe | Announcement + beta
The year is 1848. Revolutions sweep across Europe, shattering Metternich’s Concert of Europe, the diplomatic balance that kept the continent at peace for a generation. Out of the chaos rise three giants of history: Napoleon III, Giuseppe Garibaldi, and Otto von Bismarck.
In the three decades that follow, these men will redraw the map of Europe. Driven by the unstoppable force of nationalism, backed by cunning diplomacy, they will lead their nations through a chain of wars, each victory unlocking the next great struggle, until Bismarck himself reshapes the old order at the Congress of Berlin in 1878.
Concert of Europe is the epic second expansion for Strategic Command: American Civil War, plunging you into a transformative era with five brand-new campaigns. From the frozen steppes of Crimea to the sun-baked hills of Italy, you will command armies, forge alliances, and test your strategic genius in an age where a single battle could change the fate of a continent.
THE CAMPAIGNS
1854 – Before the Unfallen Fort
British, French, and Ottoman forces land in the Crimea, aiming for the great Russian naval base at Sevastopol. The road ahead runs through the barren steppe, across the heights of Alma, and straight into the teeth of winter. Capture Sevastopol before Russia’s endless reinforcements - or the cold - break your army.
1859 – Listen Awhile Ye Nations
Napoleon III marches once more into Italy, seeking to shatter Austrian power with lightning war. But the dream of Risorgimento is spreading like wildfire, and your victory could ignite revolutions far beyond your control.
1860 – One Lustrous Aim
Giuseppe Garibaldi, hero of Rome, sets sail with a thousand volunteers to topple the Bourbon Kingdom of the Two Sicilies. France guards Rome, Austria eyes Venetia, and every move risks sparking a greater war. Can you unite Italy against impossible odds?
1866 – Whirlwind of Flame
Bismarck’s vision of a unified Germany will be forged in “blood and iron.” Prussia must crush Austria before Europe’s other powers can intervene, but Austrian allies lurk in every corner of Germany, and the Lion of Solferino stands ready to meet you in battle.
1877 – Feel Not the Red Rains Fall
Tsar Alexander II seizes his chance to strike at the Ottoman Empire. Cross rivers, storm fortresses, and endure the Balkan winter in a campaign to raise the Russian flag over Constantinople, before the British arrive to claim it for themselves.





- Gonzalo
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Re: Strategic Command: Civil War
Muy buena noticia 
Re: Strategic Command: Civil War
Strategic Command: American Civil War - Concert of Europe | Anuncio y reclutando para la beta

Llega un nuevo DLC para Strategic Command: American Civil War, se trata de Concert of Europe. Abarcando un período lleno de transformaciones (de 1854 a 1877), te adentrarás en una era de nacionalismo, alianzas cambiantes y guerras decisivas que moldearon la Europa moderna.
Cinco campañas te llevarán desde la Guerra de Crimea hasta el auge de la Alemania de Bismarck, pasando por la unificación de Italia y los conflictos de los Balcanes. Cada una presenta nuevos desafíos estratégicos, mapas y líderes.
Ya está abierto el registro para la beta para quienes deseen un acceso anticipado y la oportunidad de proporcionarnos comentarios y opiniones antes del lanzamiento.
Apúntate a la beta aquí.

Llega un nuevo DLC para Strategic Command: American Civil War, se trata de Concert of Europe. Abarcando un período lleno de transformaciones (de 1854 a 1877), te adentrarás en una era de nacionalismo, alianzas cambiantes y guerras decisivas que moldearon la Europa moderna.
Cinco campañas te llevarán desde la Guerra de Crimea hasta el auge de la Alemania de Bismarck, pasando por la unificación de Italia y los conflictos de los Balcanes. Cada una presenta nuevos desafíos estratégicos, mapas y líderes.
Ya está abierto el registro para la beta para quienes deseen un acceso anticipado y la oportunidad de proporcionarnos comentarios y opiniones antes del lanzamiento.
Apúntate a la beta aquí.
Re: Strategic Command: Civil War
Strategic Command: American Civil War - Concert of Europe ya disponible

Año 1848. Las revoluciones arrasan Europa, destrozando el Concierto Europeo de Metternich, el equilibrio diplomático que mantuvo la paz en el continente durante una generación. Del caos surgen tres gigantes de la historia: Napoleón III, Giuseppe Garibaldi y Otto von Bismarck. En las tres décadas siguientes, estos hombres redibujarán el mapa de Europa. Impulsados por la fuerza imparable del nacionalismo, respaldados por una astuta diplomacia, liderarán a sus naciones a través de una cadena de guerras, donde cada victoria desencadenará la siguiente gran lucha, hasta que el propio Bismarck redefina el antiguo orden en el Congreso de Berlín de 1878.
Concert of Europe es la segunda expansión de Strategic Command: American Civil War, que te sumerge en una era transformadora con cinco campañas completamente nuevas. Desde las gélidas estepas de Crimea hasta las soleadas colinas de Italia, comandarás ejércitos, forjarás alianzas y pondrás a prueba tu ingenio estratégico en una era donde una sola batalla podría cambiar el destino de un continente.
Campañas
1854 – Before the Unfallen Fort
Las fuerzas británicas, francesas y otomanas desembarcan en Crimea con el objetivo de alcanzar la gran base naval rusa de Sebastopol. El camino que les espera atraviesa la árida estepa, las alturas de Alma y se adentra directamente en el crudo invierno. Captura Sebastopol antes de que los inagotables refuerzos rusos, o el frío, destruyan a tu ejército.
1859 – Listen Awhile Ye Nations
Napoleón III marcha de nuevo sobre Italia, buscando destruir el poder austriaco con una guerra relámpago. Pero el sueño del Risorgimento se extiende como la pólvora, y tu victoria podría desencadenar revoluciones que escapan a tu control.
1860 – One Lustrous Aim
Giuseppe Garibaldi, héroe de Roma, zarpa con mil voluntarios para derrocar el Reino Borbón de las Dos Sicilias. Francia protege Roma, Austria vigila Venecia, y cada movimiento corre el riesgo de desencadenar una guerra mayor. ¿Podrás unir a Italia contra todo pronóstico?
1866 – Whirlwind of Flame
La visión de Bismarck de una Alemania unificada se forjará a sangre y fuego. Prusia debe aplastar a Austria antes de que las demás potencias europeas puedan intervenir, pero los aliados austriacos acechan en cada rincón de Alemania, y el León de Solferino está listo para enfrentarte en batalla.
1877 – Feel Not the Red Rains Fall
El zar Alejandro II aprovecha la oportunidad para atacar al Imperio Otomano. Cruza ríos, asalta fortalezas y resiste el invierno balcánico en una campaña para izar la bandera rusa sobre Constantinopla, antes de que los británicos lleguen para reclamarla.
Características Clave
-Cinco nuevas campañas que abarcan los conflictos europeos entre 1854 y 1878
-Dirige a líderes históricos como Lord Raglan, el Mariscal Benedek, Osman Pasha y el Emperador Napoleón III.
-Utiliza nuevas unidades, como los Tártaros de Crimea, los Bashi-Bazouks Otomanos y los famosos Camisas Rojas de Garibaldi.
-Experimenta una variedad de nuevos eventos, incluida la huida del ejército ruso de Alma, las revoluciones en los estados del norte de Italia y el impactante abandono de Nápoles por parte del rey Francisco, que condujo a la decisiva Batalla del Volturno.

Año 1848. Las revoluciones arrasan Europa, destrozando el Concierto Europeo de Metternich, el equilibrio diplomático que mantuvo la paz en el continente durante una generación. Del caos surgen tres gigantes de la historia: Napoleón III, Giuseppe Garibaldi y Otto von Bismarck. En las tres décadas siguientes, estos hombres redibujarán el mapa de Europa. Impulsados por la fuerza imparable del nacionalismo, respaldados por una astuta diplomacia, liderarán a sus naciones a través de una cadena de guerras, donde cada victoria desencadenará la siguiente gran lucha, hasta que el propio Bismarck redefina el antiguo orden en el Congreso de Berlín de 1878.
Concert of Europe es la segunda expansión de Strategic Command: American Civil War, que te sumerge en una era transformadora con cinco campañas completamente nuevas. Desde las gélidas estepas de Crimea hasta las soleadas colinas de Italia, comandarás ejércitos, forjarás alianzas y pondrás a prueba tu ingenio estratégico en una era donde una sola batalla podría cambiar el destino de un continente.
Campañas
1854 – Before the Unfallen Fort
Las fuerzas británicas, francesas y otomanas desembarcan en Crimea con el objetivo de alcanzar la gran base naval rusa de Sebastopol. El camino que les espera atraviesa la árida estepa, las alturas de Alma y se adentra directamente en el crudo invierno. Captura Sebastopol antes de que los inagotables refuerzos rusos, o el frío, destruyan a tu ejército.
1859 – Listen Awhile Ye Nations
Napoleón III marcha de nuevo sobre Italia, buscando destruir el poder austriaco con una guerra relámpago. Pero el sueño del Risorgimento se extiende como la pólvora, y tu victoria podría desencadenar revoluciones que escapan a tu control.
1860 – One Lustrous Aim
Giuseppe Garibaldi, héroe de Roma, zarpa con mil voluntarios para derrocar el Reino Borbón de las Dos Sicilias. Francia protege Roma, Austria vigila Venecia, y cada movimiento corre el riesgo de desencadenar una guerra mayor. ¿Podrás unir a Italia contra todo pronóstico?
1866 – Whirlwind of Flame
La visión de Bismarck de una Alemania unificada se forjará a sangre y fuego. Prusia debe aplastar a Austria antes de que las demás potencias europeas puedan intervenir, pero los aliados austriacos acechan en cada rincón de Alemania, y el León de Solferino está listo para enfrentarte en batalla.
1877 – Feel Not the Red Rains Fall
El zar Alejandro II aprovecha la oportunidad para atacar al Imperio Otomano. Cruza ríos, asalta fortalezas y resiste el invierno balcánico en una campaña para izar la bandera rusa sobre Constantinopla, antes de que los británicos lleguen para reclamarla.
Características Clave
-Cinco nuevas campañas que abarcan los conflictos europeos entre 1854 y 1878
-Dirige a líderes históricos como Lord Raglan, el Mariscal Benedek, Osman Pasha y el Emperador Napoleón III.
-Utiliza nuevas unidades, como los Tártaros de Crimea, los Bashi-Bazouks Otomanos y los famosos Camisas Rojas de Garibaldi.
-Experimenta una variedad de nuevos eventos, incluida la huida del ejército ruso de Alma, las revoluciones en los estados del norte de Italia y el impactante abandono de Nápoles por parte del rey Francisco, que condujo a la decisiva Batalla del Volturno.
Re: Strategic Command: Civil War
Strategic Command: American Civil War - Concert of Europe | Diario Dev #2
1860 Un Objetivo Brillante
En el último diario de desarrollo, mencioné la trilogía de biografías sobre Garibaldi escrita por George Trevelyan como la inspiración para nombrar la campaña de 1859. Quizás sea apropiado (Garibaldi en esa guerra desempeñó un papel pequeño pero importante como comandante de los Cacciatori delle Alpi), una campaña que Trevelyan menciona brevemente, pero poco más. En 1860, en cambio, Garibaldi es la figura decisiva en la historia de la unificación de Italia, una historia que Trevelyan dedica a narrar en la mayor parte de dos libros. Al hacerlo (y hacerlo tan bien), inspiró no solo un nombre, sino también la creación de esta campaña.

Al estudiar campañas militares, generalmente me opongo a la idea de que la personalidad de un comandante será un factor determinante en el resultado de dicha campaña: la llamada Teoría del Gran Hombre de la historia. Especialmente al investigar partidas potenciales, me fijo más en factores como el terreno, la infraestructura disponible, el tamaño, la fuerza y los suministros disponibles de cada ejército.
Sin embargo, si alguna vez hubo un argumento a favor de la Teoría del Gran Hombre, este reside en la figura de Giuseppe Garibaldi. Los Mil no habrían zarpado sin él, ni habrían tenido éxito si lo hubieran perdido. Esta fue una campaña que desafió todas las máximas militares jamás escritas, desde el hecho de que los Mil de Garibaldi derrotaron a cien veces su número, hasta su éxito en una tierra de fortalezas con tan poca artillería al mando, pasando por su cruce del Estrecho de Messina sin armada, y además frente a la formidable flota borbónica.
Antes de leer a Trevelyan, nunca había considerado la Expedición de Garibaldi como un posible escenario para una campaña, pero su narrativa fue tan convincente que pronto la añadí a la lista de opciones de campaña para esta expansión. Comencé a crear el mapa al día siguiente.

Trevelyan siguió siendo mi principal fuente de información durante la investigación de la campaña, algo inusual dado que se trata de una biografía y no de una historia de la guerra, pero esto también parece apropiado. La expedición narra la historia de Garibaldi, y quería que la campaña lo reflejara. Para nombrarla, recurrí de nuevo a Trevelyan, quien cita «El Centenario de Garibaldi» de George Meredith dos veces en su obra: una al principio del segundo libro, para presentar a Garibaldi como un exiliado tras la caída de Roma en 1849, pero ya considerado el futuro unificador de Italia; y otra para abrir su capítulo sobre la Batalla del Volturno, el clímax épico de la Expedición (y una batalla que da lugar a una condición de victoria única en esta campaña).
Nosotros, que hemos visto a Italia en sus estertores,
a medio levantarse, pero para ser arrojada al suelo, y ahora
como un campo de trigo maduro donde una vez se araron los caballos
tan generosa como hermosa, pensamos en aquellos
que insuflaron aliento de vida en su cuerpo:
Cavour, Mazzini, Garibaldi: Tres:
Su cerebro, su alma, su espada; y la liberaron
de ruinosas discordias, con un único y brillante objetivo.

El único y brillante objetivo, al que Garibaldi dedicó su vida, es la unificación de Italia y, por lo tanto, el tema de la campaña misma. No se me ocurre mejor epitafio.
1866 Torbellino de llamas
Otro biógrafo al que debo mencionar es el difunto Jonathan Steinberg, cuya obra conocí por primera vez cuando apareció en mi canal de YouTube una conferencia que impartió sobre Bismarck, aproximadamente cuando comencé a planificar la campaña para la Guerra Austro-Prusiana.
Steinberg comenzó su conferencia con una cita de Bismarck, dirigida a un asombrado Benjamin Disraeli, en 1862, en la que describe sus planes para reorganizar el ejército prusiano, provocar una guerra con Austria y utilizarla para someter a los estados del norte de Alemania. Steinberg califica entonces la unificación de Alemania como el «mayor logro diplomático y político de cualquier líder en los últimos dos siglos, pues Bismarck logró todo esto sin comandar un solo soldado, sin dominar una amplia mayoría parlamentaria, sin el apoyo de un movimiento de masas, sin experiencia previa de gobierno, sin el carisma de un gran orador y frente a la repulsión nacional ante su nombre y su reputación». Finaliza su introducción con una sola pregunta: «¿Cómo lo hizo?».

Steinberg dedica el resto de la conferencia a intentar responder a esa pregunta explorando aspectos de la personalidad de Bismarck, pero una posible respuesta que creo que pasa por alto es la eficacia con la que se libró la guerra austro-prusiana. Desde su concepción hasta cada acción de la guerra del lado prusiano, esta fue una obra maestra de planificación estratégica llevada a cabo con una eficiencia implacable, ilustrada mejor por otro nombre dado al conflicto: la Guerra de las Siete Semanas. Siete semanas ya es un tiempo notablemente corto para librar y ganar una guerra, pero lo que es aún más notable es que la batalla decisiva de Königgratz se libró justo a la mitad de la tercera semana.

Al elegir un nombre para esta campaña, quería algo que reflejara tanto la velocidad como la decisión con la que la Guerra Austro-Prusiana se libró y se ganó. El poema que elegí se titula "Carga de Caballería – Königgratz" de John Douglas Sutherland Campbell, y el nombre de la campaña proviene de un verso de la séptima estrofa. En tres palabras, reflexiona sobre la revolución política que Bismarck inició (treinta y nueve estados alemanes al comienzo de la guerra se redujeron a una media docena), la experiencia de los soldados que participaron y la conmoción que el resto de Europa debió experimentar al observar estos acontecimientos desde la barrera.
Mientras diseñaba el mapa, escuché todas las conferencias de Steinberg sobre Bismarck que pude encontrar, mientras que su libro "Bismarck: Una Vida" llegó poco antes de que terminara de crear la campaña. Aunque carece de la brevedad y evocación que caracteriza a los títulos de campaña, no es la séptima estrofa del poema, sino la sexta, la que responde a la pregunta de Steinberg:
“Su orden era perfecto y espléndido,
y su voz, que al principio los contuvo,
había llamado a sus filas para el inicio,
como si fuera el destino que ganaran”.

1877 No sientas caer la lluvia roja
Concert of Europe pretende contar una sola historia. Las cinco campañas, aunque cada una independiente e intrigante a su manera, han sido elegidas por su papel en esta historia. Cada capítulo se inició a raíz de los acontecimientos de su predecesor y sentó las bases para su sucesor.
La historia trata de la reacción de Europa, durante tres décadas, a las revoluciones de 1848. Primero, fue una de esas revoluciones, y los esfuerzos del zar por aplastarla, lo que dio a Rusia la confianza para embarcarse en una guerra, conocida por nosotros como Crimea, pero que comenzó en los Balcanes. Fue la contribución de Cerdeña a la Guerra de Crimea lo que les valió el apoyo de Napoleón III y les permitió embarcarse en la guerra contra Austria. Fue Magenta y Solferino los que desataron una ola de nacionalismo en Italia, creando las condiciones que permitirían el éxito de la expedición de Garibaldi. Fue una alianza prusiana con la ahora unificada Italia la que dividió las fuerzas austriacas, lo que permitió a Bismarck desmantelarlas en Königgratz. Entonces, ¿cómo termina esta historia? Termina donde comenzó, en los Balcanes. Este es el escenario de la última guerra europea del siglo XIX, y donde Bismarck afirmó el nuevo lugar de Alemania en el mundo diplomático en el Congreso de Berlín.

El poema en este caso es "Una Vigilia en la Noche", de Algernon Charles Swinburne. Este poema es mi favorito de los cinco que he citado, en parte porque hay muchas maneras de leerlo. El verso que elegí para el título de la campaña puede interpretarse como una referencia a las lluvias que azotaron a los ejércitos durante esta guerra, una campaña en la que el clima empeoró constantemente, desde principios del verano hasta marzo. Las "lluvias rojas" pueden evocar imágenes de sangre, ya sea por las atrocidades denunciadas por Gladstone en 1876 que causaron la guerra, o por las decenas de miles de personas que perecieron durante el conflicto. "No sientas" puede evocar las frustraciones de Gladstone sobre la neutralidad británica al comienzo de la guerra, o puede celebrar los esfuerzos de Bismarck por restaurar la paz en Europa al final de la misma.

He elegido este poema no solo por su reflexión sobre una guerra que, en el momento de escribirlo (1868), aún no se había librado, sino por cómo representa este período de la historia en su conjunto. La cuarta estrofa describe que los hombres nos «cortaron como gavillas para la tumba» —una imagen cada vez más común a medida que mejoraban las armas—, pero también señala que «libremente nos entregamos a la libertad», lo que encapsula las aspiraciones de quienes participaron en la Primavera de las Naciones.
El poema también reflexiona sobre el destino de las naciones en 1878: Inglaterra («cálida, sin estación para llorar»), entrando en su período de hegemonía global y espléndido aislamiento; Francia («coronada, ya no hay Francia»), destrozada por la derrota de 1870; Italia («una luz demasiado fuerte para ser una estrella») y Alemania («durante mucho tiempo me ha arrullado con sueños»), surgiendo como naciones unidas por primera vez. La última estrofa dice así:
“Libertad, ¿qué hay de la noche?
No siento caer la lluvia roja,
no oigo la tempestad en absoluto,
ni truenos en el cielo.
Toda la distancia es blanca
con los silenciosos pasos del sol.
La noche, con las penas que trajo,
la noche ha terminado”.
Con esto concluye la historia. Espero que disfrutes jugando tanto como yo disfruté creándolo.
1860 Un Objetivo Brillante
En el último diario de desarrollo, mencioné la trilogía de biografías sobre Garibaldi escrita por George Trevelyan como la inspiración para nombrar la campaña de 1859. Quizás sea apropiado (Garibaldi en esa guerra desempeñó un papel pequeño pero importante como comandante de los Cacciatori delle Alpi), una campaña que Trevelyan menciona brevemente, pero poco más. En 1860, en cambio, Garibaldi es la figura decisiva en la historia de la unificación de Italia, una historia que Trevelyan dedica a narrar en la mayor parte de dos libros. Al hacerlo (y hacerlo tan bien), inspiró no solo un nombre, sino también la creación de esta campaña.

Al estudiar campañas militares, generalmente me opongo a la idea de que la personalidad de un comandante será un factor determinante en el resultado de dicha campaña: la llamada Teoría del Gran Hombre de la historia. Especialmente al investigar partidas potenciales, me fijo más en factores como el terreno, la infraestructura disponible, el tamaño, la fuerza y los suministros disponibles de cada ejército.
Sin embargo, si alguna vez hubo un argumento a favor de la Teoría del Gran Hombre, este reside en la figura de Giuseppe Garibaldi. Los Mil no habrían zarpado sin él, ni habrían tenido éxito si lo hubieran perdido. Esta fue una campaña que desafió todas las máximas militares jamás escritas, desde el hecho de que los Mil de Garibaldi derrotaron a cien veces su número, hasta su éxito en una tierra de fortalezas con tan poca artillería al mando, pasando por su cruce del Estrecho de Messina sin armada, y además frente a la formidable flota borbónica.
Antes de leer a Trevelyan, nunca había considerado la Expedición de Garibaldi como un posible escenario para una campaña, pero su narrativa fue tan convincente que pronto la añadí a la lista de opciones de campaña para esta expansión. Comencé a crear el mapa al día siguiente.

Trevelyan siguió siendo mi principal fuente de información durante la investigación de la campaña, algo inusual dado que se trata de una biografía y no de una historia de la guerra, pero esto también parece apropiado. La expedición narra la historia de Garibaldi, y quería que la campaña lo reflejara. Para nombrarla, recurrí de nuevo a Trevelyan, quien cita «El Centenario de Garibaldi» de George Meredith dos veces en su obra: una al principio del segundo libro, para presentar a Garibaldi como un exiliado tras la caída de Roma en 1849, pero ya considerado el futuro unificador de Italia; y otra para abrir su capítulo sobre la Batalla del Volturno, el clímax épico de la Expedición (y una batalla que da lugar a una condición de victoria única en esta campaña).
Nosotros, que hemos visto a Italia en sus estertores,
a medio levantarse, pero para ser arrojada al suelo, y ahora
como un campo de trigo maduro donde una vez se araron los caballos
tan generosa como hermosa, pensamos en aquellos
que insuflaron aliento de vida en su cuerpo:
Cavour, Mazzini, Garibaldi: Tres:
Su cerebro, su alma, su espada; y la liberaron
de ruinosas discordias, con un único y brillante objetivo.

El único y brillante objetivo, al que Garibaldi dedicó su vida, es la unificación de Italia y, por lo tanto, el tema de la campaña misma. No se me ocurre mejor epitafio.
1866 Torbellino de llamas
Otro biógrafo al que debo mencionar es el difunto Jonathan Steinberg, cuya obra conocí por primera vez cuando apareció en mi canal de YouTube una conferencia que impartió sobre Bismarck, aproximadamente cuando comencé a planificar la campaña para la Guerra Austro-Prusiana.
Steinberg comenzó su conferencia con una cita de Bismarck, dirigida a un asombrado Benjamin Disraeli, en 1862, en la que describe sus planes para reorganizar el ejército prusiano, provocar una guerra con Austria y utilizarla para someter a los estados del norte de Alemania. Steinberg califica entonces la unificación de Alemania como el «mayor logro diplomático y político de cualquier líder en los últimos dos siglos, pues Bismarck logró todo esto sin comandar un solo soldado, sin dominar una amplia mayoría parlamentaria, sin el apoyo de un movimiento de masas, sin experiencia previa de gobierno, sin el carisma de un gran orador y frente a la repulsión nacional ante su nombre y su reputación». Finaliza su introducción con una sola pregunta: «¿Cómo lo hizo?».

Steinberg dedica el resto de la conferencia a intentar responder a esa pregunta explorando aspectos de la personalidad de Bismarck, pero una posible respuesta que creo que pasa por alto es la eficacia con la que se libró la guerra austro-prusiana. Desde su concepción hasta cada acción de la guerra del lado prusiano, esta fue una obra maestra de planificación estratégica llevada a cabo con una eficiencia implacable, ilustrada mejor por otro nombre dado al conflicto: la Guerra de las Siete Semanas. Siete semanas ya es un tiempo notablemente corto para librar y ganar una guerra, pero lo que es aún más notable es que la batalla decisiva de Königgratz se libró justo a la mitad de la tercera semana.

Al elegir un nombre para esta campaña, quería algo que reflejara tanto la velocidad como la decisión con la que la Guerra Austro-Prusiana se libró y se ganó. El poema que elegí se titula "Carga de Caballería – Königgratz" de John Douglas Sutherland Campbell, y el nombre de la campaña proviene de un verso de la séptima estrofa. En tres palabras, reflexiona sobre la revolución política que Bismarck inició (treinta y nueve estados alemanes al comienzo de la guerra se redujeron a una media docena), la experiencia de los soldados que participaron y la conmoción que el resto de Europa debió experimentar al observar estos acontecimientos desde la barrera.
Mientras diseñaba el mapa, escuché todas las conferencias de Steinberg sobre Bismarck que pude encontrar, mientras que su libro "Bismarck: Una Vida" llegó poco antes de que terminara de crear la campaña. Aunque carece de la brevedad y evocación que caracteriza a los títulos de campaña, no es la séptima estrofa del poema, sino la sexta, la que responde a la pregunta de Steinberg:
“Su orden era perfecto y espléndido,
y su voz, que al principio los contuvo,
había llamado a sus filas para el inicio,
como si fuera el destino que ganaran”.

1877 No sientas caer la lluvia roja
Concert of Europe pretende contar una sola historia. Las cinco campañas, aunque cada una independiente e intrigante a su manera, han sido elegidas por su papel en esta historia. Cada capítulo se inició a raíz de los acontecimientos de su predecesor y sentó las bases para su sucesor.
La historia trata de la reacción de Europa, durante tres décadas, a las revoluciones de 1848. Primero, fue una de esas revoluciones, y los esfuerzos del zar por aplastarla, lo que dio a Rusia la confianza para embarcarse en una guerra, conocida por nosotros como Crimea, pero que comenzó en los Balcanes. Fue la contribución de Cerdeña a la Guerra de Crimea lo que les valió el apoyo de Napoleón III y les permitió embarcarse en la guerra contra Austria. Fue Magenta y Solferino los que desataron una ola de nacionalismo en Italia, creando las condiciones que permitirían el éxito de la expedición de Garibaldi. Fue una alianza prusiana con la ahora unificada Italia la que dividió las fuerzas austriacas, lo que permitió a Bismarck desmantelarlas en Königgratz. Entonces, ¿cómo termina esta historia? Termina donde comenzó, en los Balcanes. Este es el escenario de la última guerra europea del siglo XIX, y donde Bismarck afirmó el nuevo lugar de Alemania en el mundo diplomático en el Congreso de Berlín.

El poema en este caso es "Una Vigilia en la Noche", de Algernon Charles Swinburne. Este poema es mi favorito de los cinco que he citado, en parte porque hay muchas maneras de leerlo. El verso que elegí para el título de la campaña puede interpretarse como una referencia a las lluvias que azotaron a los ejércitos durante esta guerra, una campaña en la que el clima empeoró constantemente, desde principios del verano hasta marzo. Las "lluvias rojas" pueden evocar imágenes de sangre, ya sea por las atrocidades denunciadas por Gladstone en 1876 que causaron la guerra, o por las decenas de miles de personas que perecieron durante el conflicto. "No sientas" puede evocar las frustraciones de Gladstone sobre la neutralidad británica al comienzo de la guerra, o puede celebrar los esfuerzos de Bismarck por restaurar la paz en Europa al final de la misma.

He elegido este poema no solo por su reflexión sobre una guerra que, en el momento de escribirlo (1868), aún no se había librado, sino por cómo representa este período de la historia en su conjunto. La cuarta estrofa describe que los hombres nos «cortaron como gavillas para la tumba» —una imagen cada vez más común a medida que mejoraban las armas—, pero también señala que «libremente nos entregamos a la libertad», lo que encapsula las aspiraciones de quienes participaron en la Primavera de las Naciones.
El poema también reflexiona sobre el destino de las naciones en 1878: Inglaterra («cálida, sin estación para llorar»), entrando en su período de hegemonía global y espléndido aislamiento; Francia («coronada, ya no hay Francia»), destrozada por la derrota de 1870; Italia («una luz demasiado fuerte para ser una estrella») y Alemania («durante mucho tiempo me ha arrullado con sueños»), surgiendo como naciones unidas por primera vez. La última estrofa dice así:
“Libertad, ¿qué hay de la noche?
No siento caer la lluvia roja,
no oigo la tempestad en absoluto,
ni truenos en el cielo.
Toda la distancia es blanca
con los silenciosos pasos del sol.
La noche, con las penas que trajo,
la noche ha terminado”.
Con esto concluye la historia. Espero que disfrutes jugando tanto como yo disfruté creándolo.
Re: Strategic Command: Civil War
Strategic Command celebra el 25º aniversario de Matrix Games

Como parte de las celebraciones del 25º aniversario de Matrix Games, pronto lanzaremos una nueva actualización de Strategic Command: American Civil War. Una ocasión como esta se merece algo especial, por lo que, además de las correcciones y mejoras habituales, la próxima actualización también incluirá una campaña DLC gratuita para todos los propietarios del juego: 1894 Imperial Twilight, que cubre la Primera Guerra Sino-Japonesa.
Espera, ¿esto no me suena?
"La historia se repite" es, irónicamente, una frase hecha. Todo aspirante a tirano ha sido comparado en algún momento con Julio César; todo conquistador, medido contra Alejandro. La coronación imperial de Napoleón se basó en la de Carlomagno, y los soldados estadounidenses que invadieron México en 1847 llevaron consigo La Conquista de México de Prescott con la esperanza de seguir los pasos de los conquistadores del siglo XVI. Por lo general, tales comparaciones tienen poco valor: la invasión de Rusia por parte de Napoleón en 1812, por ejemplo, compartió poco más que la geografía con la invasión de Hitler en 1941, ya que a menudo se hacen únicamente con fines retóricos.
Pero de vez en cuando, la historia sí se repite. Y de esto, la Guerra Sino-Japonesa, y la Guerra Ruso-Japonesa que le siguió una década después, podrían ser el ejemplo más notable de todos.

En 1904, los japoneses sorprendieron a sus enemigos con una victoria naval sobre un pequeño escuadrón enemigo cerca del puerto clave de Chemulpo. Esto les permitió llevar a cabo un desembarco nocturno de parte de su ejército, que marchó rápidamente sobre Seúl y tomó como rehén al gobierno de Corea. La Flota Combinada movió el grueso de sus fuerzas al Mar Amarillo, donde bloqueó a la flota enemiga e impidió que interceptara el transporte del Ejército Imperial Japonés (IJA) a Corea. Una vez desplegado, el IJA marchó por Corea, vadeó el Yalu cerca de la ciudad fortificada de Antung y derrotó a sus enemigos en la orilla norte. Dividiendo sus fuerzas, los japoneses obtendrían una serie de victorias que culminaron con el asedio y la caída de Port Arthur, un avance sobre la ciudad de Liaoyang y más allá, y la destrucción efectiva de la presencia naval de sus oponentes en Asia; victorias obtenidas a pesar de a menudo estar en minoría numérica, gracias a una combinación de liderazgo hábil, mejor equipo, inteligencia cuidadosamente reunida y moral más fuerte.
Y diez años antes, habían hecho exactamente lo mismo.

El Sol (empieza a) salir
Otra frase hecha que vale la pena repetir es que los generales se preparan para luchar la última guerra. En 1904, esto fue literalmente cierto para los japoneses: cada unidad japonesa seguiría una ruta de batalla contra Rusia que había sido seguida en batalla contra China, a menudo las mismas unidades, a menudo lideradas por los mismos hombres.

En 1894, sin embargo, Japón no tenía una "última guerra" a la que recurrir. Abandonando una política aislacionista solo con la Restauración Meiji en 1868, el país se había embarcado en un ambicioso programa de modernización, desarrollando su industria, comprando armas en el extranjero y empleando asesores extranjeros para entrenar un nuevo Ejército Imperial. Estos esfuerzos pueden haber sido asombrosos, con el Emperador ahora al mando de más de 100.000 soldados equipados con modernos rifles Murata (cuyo diseño se inspiró, entre otros, en el Chassepot francés). La Armada Imperial también se ha forjado en una poderosa fuerza que incluye seis cruceros modernos, y los primeros torpederos que algún día devastarían las flotas del Zar.
Pero la transición del aislamiento y el feudalismo al poder industrial moderno es una que tomó siglos a otras naciones, y después de 25 años apenas estaba completa. Esos soldados nunca han sido probados en una guerra importante; esos cruceros están rodeados de acorazados anticuados y corbetas de madera, incluidos el Yamato y el Musashi. En 1894, los planes precisos de movilización que permitirían a Tokio desplegar su ejército en Corea y llevar la lucha al Zar en cuestión de semanas, solo han comenzado a escribirse; muchos de los barcos de transporte aún no se han construido. Al embarcarse en una guerra importante ahora, con la reforma del ejército aún sin completar, los japoneses están asumiendo un riesgo enorme.

Domando al Dragón
Por mucho que se pueda decir acerca de que Japón no estaba completamente preparado para la guerra, la situación al otro lado del Mar Amarillo era posiblemente peor. Mientras que el gobierno japonés está unido detrás del Emperador Meiji, los funcionarios chinos ignoran regularmente al Emperador Guangxu en favor de su antigua regente, la Emperatriz Viuda Cixi. Si bien los Qing mantienen múltiples ejércitos y armadas, las disputas entre los comandantes rivales aseguran que solo el ejército del norte comandado por Li Hongzhang (Virrey de Zhili y, por lo tanto, responsable de Manchuria) y la Flota de Beiyang, estarán disponibles para su uso en este conflicto.

Este período de la historia de China a menudo se describe como un momento en que China no logró modernizarse y, por lo tanto, fue vulnerable a sus vecinos tecnológicamente más avanzados, sufriendo humillación militar como resultado. Hay algo de verdad en esta noción, ya que, por ejemplo, Japón tenía líneas ferroviarias que cubrían gran parte del país en 1894, mientras que China solo tenía una corta línea que se extendía entre los puertos de Chinwangtao y Taku, pero los esfuerzos chinos para modernizar sus fuerzas tampoco deben descartarse. En tierra, Li Hongzhang ha mejorado las fuerzas bajo su mando hasta el punto de que no hay una diferencia tecnológica apreciable entre los ejércitos chino y japonés. En el mar, incluso se podría argumentar que es China la que tiene la ventaja tecnológica, ya que la Flota de Beiyang incluye dos acorazados – Chinyuen y Tingyuen – buques para los que Japón no tiene una respuesta clara.

Desafortunadamente para China, los funcionarios responsables del mantenimiento de la flota han hecho un trabajo deplorable, habiendo vendido gran parte de la artillería de los barcos y solo reclutado a la mitad de sus tripulaciones (mientras cobraban la paga por una dotación completa de marineros). El ejército está en poco mejor estado, mal entrenado, dirigido por comandantes incompetentes y en extrema necesidad de refuerzos. La larga costa de China se suma a las dificultades del ejército, ya que necesitarán defender no solo Corea y Port Arthur, sino también Weihaiwei en la península de Shandong e incluso los accesos a la propia Pekín.
Con el tiempo, China podría ser capaz de resolver estos problemas (el Imperio tiene vastos recursos y estará luchando en territorio propio), pero es un tiempo que China podría no tener. Los japoneses conocen los muchos problemas de China gracias a sus espías, y se han preparado para una guerra rápida para lograr la victoria antes de que Pekín tenga la oportunidad de responder. Por supuesto, si no pueden lograr esa victoria rápida, podrían estar en serios problemas.

El sol sale en el este
La fuente principal que he utilizado para diseñar esta campaña se titula "La Guerra en el Este" de Trumbull White, que fue escrita durante o muy poco después de la guerra: mi copia, descargada del sitio web de la Biblioteca del Congreso, lleva un sello del 30 de julio de 1895, solo tres meses después de la firma de la paz.
Cuando leía sobre la Guerra Ruso-Japonesa, prácticamente todas las fuentes que encontré hacían referencia (generalmente varias de ellas) a la Guerra Sino-Japonesa anterior y a cómo los japoneses aprovecharon sus experiencias de 1894 para volver a ganar en 1904. Este relato, escrito entre las dos guerras, solo explora la Guerra Sino-Japonesa en sus propios términos. Y, sin embargo, incluso sin el conocimiento de eventos futuros, White hizo dos comentarios que encontré particularmente llamativos y dignos de repetición. El primero es:
"... el profeta más pesimista difícilmente podría haber predicho la total ineptitud de los movimientos militares chinos".
Es fácil imaginar al Zar Nicolás II, que ascendió al trono mientras esta guerra estaba en curso, desestimando los informes sobre la Guerra Sino-Japonesa como irrelevantes cuando comenzó a planear su propia guerra con Japón, ya que seguramente sus tropas europeas "superiores" serían mucho más competentes que los ineficaces chinos. Si lo hizo, contribuiría en gran medida a explicar por qué los rusos cometieron muchos de los mismos errores que los chinos. Sin embargo, también creo que es un argumento a favor de que vale la pena explorar este conflicto por derecho propio, en lugar de simplemente como una precuela de 1904: este es un conflicto que China podría haber ganado con los recursos que tenía disponibles, y aunque históricamente los dos conflictos resultaron muy similares, no tenía por qué ser así. Cuando juegues esta campaña, tendrás la oportunidad de ver cuán diferente podría haber resultado esta guerra.
La otra frase que citaré comenta sobre la caída de Port Arthur:
"Los japoneses perdieron unos cincuenta muertos y doscientos cincuenta heridos al tomar una fortaleza que les habría costado diez mil hombres si hubiera estado ocupada por tropas europeas o americanas..."
Cuando Port Arthur fue tomado de nuevo en 1905, la predicción de White resultó ser una subestimación.

Como parte de las celebraciones del 25º aniversario de Matrix Games, pronto lanzaremos una nueva actualización de Strategic Command: American Civil War. Una ocasión como esta se merece algo especial, por lo que, además de las correcciones y mejoras habituales, la próxima actualización también incluirá una campaña DLC gratuita para todos los propietarios del juego: 1894 Imperial Twilight, que cubre la Primera Guerra Sino-Japonesa.
Espera, ¿esto no me suena?
"La historia se repite" es, irónicamente, una frase hecha. Todo aspirante a tirano ha sido comparado en algún momento con Julio César; todo conquistador, medido contra Alejandro. La coronación imperial de Napoleón se basó en la de Carlomagno, y los soldados estadounidenses que invadieron México en 1847 llevaron consigo La Conquista de México de Prescott con la esperanza de seguir los pasos de los conquistadores del siglo XVI. Por lo general, tales comparaciones tienen poco valor: la invasión de Rusia por parte de Napoleón en 1812, por ejemplo, compartió poco más que la geografía con la invasión de Hitler en 1941, ya que a menudo se hacen únicamente con fines retóricos.
Pero de vez en cuando, la historia sí se repite. Y de esto, la Guerra Sino-Japonesa, y la Guerra Ruso-Japonesa que le siguió una década después, podrían ser el ejemplo más notable de todos.

En 1904, los japoneses sorprendieron a sus enemigos con una victoria naval sobre un pequeño escuadrón enemigo cerca del puerto clave de Chemulpo. Esto les permitió llevar a cabo un desembarco nocturno de parte de su ejército, que marchó rápidamente sobre Seúl y tomó como rehén al gobierno de Corea. La Flota Combinada movió el grueso de sus fuerzas al Mar Amarillo, donde bloqueó a la flota enemiga e impidió que interceptara el transporte del Ejército Imperial Japonés (IJA) a Corea. Una vez desplegado, el IJA marchó por Corea, vadeó el Yalu cerca de la ciudad fortificada de Antung y derrotó a sus enemigos en la orilla norte. Dividiendo sus fuerzas, los japoneses obtendrían una serie de victorias que culminaron con el asedio y la caída de Port Arthur, un avance sobre la ciudad de Liaoyang y más allá, y la destrucción efectiva de la presencia naval de sus oponentes en Asia; victorias obtenidas a pesar de a menudo estar en minoría numérica, gracias a una combinación de liderazgo hábil, mejor equipo, inteligencia cuidadosamente reunida y moral más fuerte.
Y diez años antes, habían hecho exactamente lo mismo.

El Sol (empieza a) salir
Otra frase hecha que vale la pena repetir es que los generales se preparan para luchar la última guerra. En 1904, esto fue literalmente cierto para los japoneses: cada unidad japonesa seguiría una ruta de batalla contra Rusia que había sido seguida en batalla contra China, a menudo las mismas unidades, a menudo lideradas por los mismos hombres.

En 1894, sin embargo, Japón no tenía una "última guerra" a la que recurrir. Abandonando una política aislacionista solo con la Restauración Meiji en 1868, el país se había embarcado en un ambicioso programa de modernización, desarrollando su industria, comprando armas en el extranjero y empleando asesores extranjeros para entrenar un nuevo Ejército Imperial. Estos esfuerzos pueden haber sido asombrosos, con el Emperador ahora al mando de más de 100.000 soldados equipados con modernos rifles Murata (cuyo diseño se inspiró, entre otros, en el Chassepot francés). La Armada Imperial también se ha forjado en una poderosa fuerza que incluye seis cruceros modernos, y los primeros torpederos que algún día devastarían las flotas del Zar.
Pero la transición del aislamiento y el feudalismo al poder industrial moderno es una que tomó siglos a otras naciones, y después de 25 años apenas estaba completa. Esos soldados nunca han sido probados en una guerra importante; esos cruceros están rodeados de acorazados anticuados y corbetas de madera, incluidos el Yamato y el Musashi. En 1894, los planes precisos de movilización que permitirían a Tokio desplegar su ejército en Corea y llevar la lucha al Zar en cuestión de semanas, solo han comenzado a escribirse; muchos de los barcos de transporte aún no se han construido. Al embarcarse en una guerra importante ahora, con la reforma del ejército aún sin completar, los japoneses están asumiendo un riesgo enorme.

Domando al Dragón
Por mucho que se pueda decir acerca de que Japón no estaba completamente preparado para la guerra, la situación al otro lado del Mar Amarillo era posiblemente peor. Mientras que el gobierno japonés está unido detrás del Emperador Meiji, los funcionarios chinos ignoran regularmente al Emperador Guangxu en favor de su antigua regente, la Emperatriz Viuda Cixi. Si bien los Qing mantienen múltiples ejércitos y armadas, las disputas entre los comandantes rivales aseguran que solo el ejército del norte comandado por Li Hongzhang (Virrey de Zhili y, por lo tanto, responsable de Manchuria) y la Flota de Beiyang, estarán disponibles para su uso en este conflicto.

Este período de la historia de China a menudo se describe como un momento en que China no logró modernizarse y, por lo tanto, fue vulnerable a sus vecinos tecnológicamente más avanzados, sufriendo humillación militar como resultado. Hay algo de verdad en esta noción, ya que, por ejemplo, Japón tenía líneas ferroviarias que cubrían gran parte del país en 1894, mientras que China solo tenía una corta línea que se extendía entre los puertos de Chinwangtao y Taku, pero los esfuerzos chinos para modernizar sus fuerzas tampoco deben descartarse. En tierra, Li Hongzhang ha mejorado las fuerzas bajo su mando hasta el punto de que no hay una diferencia tecnológica apreciable entre los ejércitos chino y japonés. En el mar, incluso se podría argumentar que es China la que tiene la ventaja tecnológica, ya que la Flota de Beiyang incluye dos acorazados – Chinyuen y Tingyuen – buques para los que Japón no tiene una respuesta clara.

Desafortunadamente para China, los funcionarios responsables del mantenimiento de la flota han hecho un trabajo deplorable, habiendo vendido gran parte de la artillería de los barcos y solo reclutado a la mitad de sus tripulaciones (mientras cobraban la paga por una dotación completa de marineros). El ejército está en poco mejor estado, mal entrenado, dirigido por comandantes incompetentes y en extrema necesidad de refuerzos. La larga costa de China se suma a las dificultades del ejército, ya que necesitarán defender no solo Corea y Port Arthur, sino también Weihaiwei en la península de Shandong e incluso los accesos a la propia Pekín.
Con el tiempo, China podría ser capaz de resolver estos problemas (el Imperio tiene vastos recursos y estará luchando en territorio propio), pero es un tiempo que China podría no tener. Los japoneses conocen los muchos problemas de China gracias a sus espías, y se han preparado para una guerra rápida para lograr la victoria antes de que Pekín tenga la oportunidad de responder. Por supuesto, si no pueden lograr esa victoria rápida, podrían estar en serios problemas.

El sol sale en el este
La fuente principal que he utilizado para diseñar esta campaña se titula "La Guerra en el Este" de Trumbull White, que fue escrita durante o muy poco después de la guerra: mi copia, descargada del sitio web de la Biblioteca del Congreso, lleva un sello del 30 de julio de 1895, solo tres meses después de la firma de la paz.
Cuando leía sobre la Guerra Ruso-Japonesa, prácticamente todas las fuentes que encontré hacían referencia (generalmente varias de ellas) a la Guerra Sino-Japonesa anterior y a cómo los japoneses aprovecharon sus experiencias de 1894 para volver a ganar en 1904. Este relato, escrito entre las dos guerras, solo explora la Guerra Sino-Japonesa en sus propios términos. Y, sin embargo, incluso sin el conocimiento de eventos futuros, White hizo dos comentarios que encontré particularmente llamativos y dignos de repetición. El primero es:
"... el profeta más pesimista difícilmente podría haber predicho la total ineptitud de los movimientos militares chinos".
Es fácil imaginar al Zar Nicolás II, que ascendió al trono mientras esta guerra estaba en curso, desestimando los informes sobre la Guerra Sino-Japonesa como irrelevantes cuando comenzó a planear su propia guerra con Japón, ya que seguramente sus tropas europeas "superiores" serían mucho más competentes que los ineficaces chinos. Si lo hizo, contribuiría en gran medida a explicar por qué los rusos cometieron muchos de los mismos errores que los chinos. Sin embargo, también creo que es un argumento a favor de que vale la pena explorar este conflicto por derecho propio, en lugar de simplemente como una precuela de 1904: este es un conflicto que China podría haber ganado con los recursos que tenía disponibles, y aunque históricamente los dos conflictos resultaron muy similares, no tenía por qué ser así. Cuando juegues esta campaña, tendrás la oportunidad de ver cuán diferente podría haber resultado esta guerra.
La otra frase que citaré comenta sobre la caída de Port Arthur:
"Los japoneses perdieron unos cincuenta muertos y doscientos cincuenta heridos al tomar una fortaleza que les habría costado diez mil hombres si hubiera estado ocupada por tropas europeas o americanas..."
Cuando Port Arthur fue tomado de nuevo en 1905, la predicción de White resultó ser una subestimación.









